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domingo, 25 de noviembre de 2012

Parábola del ratón




PARÁBOLA DEL RATÓN

     El demonio es como un ratón que entra en una casa, si la casa está sucia se acomoda en un rincón, escondido entre las cajas donde, aparentemente, todo está en orden. La comida del demonio es el pecado como la basura es del ratón. A veces el huésped limpia la casa y corre a los ratones con veneno pero deja ropa sucia escondida debajo de la cama o tierra debajo de la alfombra, pero el ratón, que tiene buen olfato, buscará cobijarse en el exquisito aroma de la suciedad con miras a esconderse de nuevo y, como conoce el camino, volverá a aquel aposento con siete miembros de su familia a quienes les muestra la ruta que deben seguir. 
      La felicidad de un ratón es encontrar una casa sucia, por eso “se acomoda” cuando consigue una. Luego, el estado de aquella casa será peor que el que tenía, porque ya son ocho ratones los que conocen el camino y si ellos se van y la casa vuelve a estar sucia estará cundida de ratones. En este sentido, el huésped debe limpiar la casa por completo sin dejar rastros de suciedad como señales para que otros ratones no vuelvan a visitar su casa. cjgr

      “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero” Mateo 12:43-45
Subido por
Carmelo José González Rondón



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