CERROAVILA
(Ilan Chester)
“Llegó el Pacheco” es una frase clásica del caraqueño y
algunas zonas de la región central, asociada a la Navidad y el comienzo del
frío del fin de año. Esta es la definición que hace Wikipedia de la temporada
navideña caraqueña y de este personaje popular avileño que anualmente dicen que
bajaba de Galipán a vender sus flores en el valle de Caracas.
Cuentan que el nombre “Pacheco” tiene su origen en un floricultor que, según la
tradición, vivía en el Cerro el Ávila, la cordillera que separa el clima
caraqueño del que tiene la costa al norte. En la época de Caracas “de los
techos rojos”, cuando se la conocía como la Sultana del Ávila, Antonio Pacheco bajaba de la montaña todos los
diciembre, directo a la Plaza Bolívar de
Caracas huyendo del frío en su pueblo Galipán, en las montañas del Ávila.
Dicen que Pacheco “llegaba
a Caracas por el Camino de los Españoles y entraba por la Puerta de Caracas, en
La Pastora, vendía sus flores frente a la famosa Iglesia y descansaba de su
difícil viaje, llegando a la Plaza Bolívar y al Mercado de las Flores de San
José, que aún existen”.
En diciembre baja la
temperatura y como Pacheco llegaba a Caracas durante la temporada decembrina, justo
con el frío, la gente por asociación, estableció un vínculo entre el
floricultor venido del cerro El Ávila y el clima gélido que caracteriza por
esos días a la cosmopolita capital de Venezuela. Pero Pacheco no llegaba
exactamente en diciembre, asomaba por este valle desde noviembre y se quedaba
hasta enero.
Todavía lo hace así,
aunque “Pacheco” como personaje tradicional tiende a desdibujarse en la memoria
de los capitalinos de estos tiempos que corren, en los cuales además, ya casi
ni quedan tradiciones.
A ese desdibujamiento de
Pacheco ha venido contribuyendo el cambio climático de Caracas, acosado por las
grandes construcciones, verdaderos monstruos de concreto, que tomaron los
espacios verdes, cortaron árboles, espantaron a las aves que anidaban en las
florestas y cortaron el libre paso de los vientos avileños y las corrientes de
aire que antaño andaban libres metiéndose coladito hasta en los huesos de las
parroquianos de entonces.
-Allí viene Pacheco,
-Bajó Pacheco
-Llegó Pacheco
Con estas frases se
daban los “buenos días” los vecinos de Caracas, en la mañanita, de camino para
el trabajo, bien abrigados todos ellos para taparse un poco y evitar que
Pacheco hiciera estragos en sus huesitos o huesotes y huesototes, según se
tratara de gente flaca o gorda; alta o baja.
De todas maneras, Pacheco se colaba entre abrigos mantuanos, romantones, abrigos
de gente de alcurnia o no, paltós, mantillas, cobijas de lana, como las de los
llaneros. Ricos y pobres le temían a aquel Pacheco de antaño. A todos les
pegaba Pacheco: mantuanos, grandes cacaos, blancos, negros de orilla, pardos, salto
atrás, catires, morenos, negros retintos, negros lavaos, a caciques, indios, españoles
y canarios. Hasta al cura párroco se veía caminar por las calles caraqueñas con
los brazos cruzados, como abrazándose él solito…
Pero, no hombre, no era
nada de eso; era que estaba tratando de cubrirse de Pacheco. Así dicen que
pasaba en aquellos lejanos tiempos del Pacheco viejo. (
Los dientes de Pacheco
Hay otra versión sobre
el origen del personaje Pacheco, que contó alguien en el portal http://nayemics.blogspot.com/2010/11/llego-pacheco.html
que dejo
aquí con las reservas del caso, porque yo no lo vi, ni siquiera había nacido. Ni mucho menos, sabía que existía Caracas. Además,
este testimonio tiene bastante de fantasía, corregida y aumentada. En mi vida he sabido de dientes tan sonoros. Textualmente
dice así:
“Pero se de otra versión (la cual no recuerdo si la leí o me la
contaron) que viene a ser casi la misma,
con la única diferencia que el citado personaje cuando bajaba a Caracas desde Galipán,
venía castañeteando los dientes con tal fuerza, que el sonido se escuchaba a
una cuadra. O sea, el sonido llegaba primero que él. Y este castañeteo era lo
que hacia decir a la gente "Por ahí viene Pacheco o Pacheco está
llegando". Para mí, esta versión tiene más lógica y justifica la expresión.
Por eso me quedo con ella. Por cierto, conseguí una foto inédita y el famoso
personaje se parecía increíblemente al amigo JM”.
Hasta canciones, sonetos
y otras diversas formas musicales ha inspirado Pacheco, el frío caraqueño.
Veamos un ejemplo, inspiración de Blanca Arias De Caballero:
PACHECO PERSONAJE DECEMBRINO
§ Diciembre
trae a pacheco.
pacheco es un personaje,
personaje que deja frio
frio que busca cobija
cobija que arropa piel
piel que estaba muy helada
helada, estoy titirando
titirando que flojera
flojera y hoy hay
trabajo
trabajo debo salir
salir ? si yo estoy
temblando
temblando pido cafe
cafe ya me estoy
quemando...
Todo el mundo se hace
eco
eco que llego pacheco
Pacheco es un chuchumeco
chuchumeco de verdad
verdad que tiene mil
anos
anos que hacen temblar
temblar de niebla y de
frio
frio frio ay que frio
frio de navidad
navidad que tiene
estrellas estrella que ha de brillar
brillar sobre mi
chaleco...
chaleco, llego pacheco§
Vistas (arriba y debajo) de una calle caraqueña y el cerro Galipán
CARACAS en Retrospectiva (1946)
Versos como éste se imprimían en las tarjetas de felicitación de Navidad ,que los caraqueños de entonces iban a comprar al Mercado de San jacinto :
El cielo tiene una estrella
Y el rosal tiene una flor,
Y el que carga la botella
Es el que bebe mejor.
Testimonios:
Llegó Pacheco
Gerónimo Alberto Yerena Cabrera
Yerena.geronimo@gmail.com
Una de las tantas frases típicas caraqueñas es ésta. Desde el siglo XIX esta expresión en el Valle de Caracas, predice que pronto comenzará el frío. Generalmente a finales de noviembre y principio de diciembre es cuando más se usaba, pero realmente es a finales de enero y la primera semana de febrero cuando más hace frío en nuestra ciudad, por lo menos desde mediados del siglo XX.
Para dilucidar quién era ese personaje que había logrado relacionar su nombre con la entrada del frío decembrino, Leoncio Martínez en su semanario humorístico Fantoches se le ocurrió hacer una encuesta con el propósito de encontrar el origen de ese nombre.
Leoncio seleccionó el relato que para él tenía más validez y credibilidad. Se comentaba de un veterano cultivador de flores de Galipan de nombre Antonio Pacheco, el cual al comenzar el frío bajaba regularmente desde el Avila a la capital, con un arreo de burros cargados de hermosísimas flores, para embellecer la ciudad, acompañado siempre de una copla que lo anunciaba en el camino, y así alegrar el espíritu festivo del caraqueño.
Pacheco, representaba en ese entonces a la naturaleza, que forzaba con sus espontáneas floraciones a abandonar su refugio, para volcar en la ciudad aquel amoroso mensajes de flores de Galipan; fue y sigue siendo el representante de una tradición que aún perdura en nuestra ciudad.
Aquiles Nazca encontró en la tradición de Pacheco y su bajada del Avila una fuente para muchos de sus trabajos literarios, de los cuales el más divulgado es: “Qué hubo Pacheco”.
Cuando en Caracas hace frío una gran mayoría decimos: Hace Pacheco o llegó Pacheco, según la época.
Gerónimo Alberto Yerena Cabrera.Yerena.geronimo@gmail.com
Investigación y texto:
Elba Romero López
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