Delta del Orinoco, Autor: caura69
Orinoco Río Abajo
http://youtu.be/MLMa6yk6RMI
Autor: José Enrique Chelique Sarabia
Voz: Cherry Navarro
El Río Orinoco
http://youtu.be/9OHze5HmFhI
(Fondo musical:Orinoco Río Abajo)
El Delta de los waraos
Voz: Elio Zamora, El
Deltanito de Oro
Ritmo: Joropo en tiempo de Merecure
Video de Oscar Cedeño
La creciente más grande del río Orinoco que se recuerda en
Tucupita es la ocurrida el 13/09/1945. Esa vez el desbordamiento del río
Orinoco causó una gran inundación y grandes pérdidas en la población de la Sultana del Mánamo. Varias viviendas fueron afectadas por las aguas, muchas personas
quedaron damnificadas y otras fueron afectadas. El sector agrícola tuvo grandes
pérdidas.
Este fenómeno
hidrometeorológico causó graves estragos que fueron difíciles de determinar desde
el punto de vista económico, aunque fue tal la magnitud de la inundación, que
figura en la historia del estado Delta Amacuro y del río Orinoco como la más
grande de todos los tiempos y es punto de referencia cuando se habla de las
grandes crecidas de “la serpiente enroscada” de los guaraos.
El macareo
Caño Macareo, Autor: caura69
La penetración de las
aguas marinas en el Delta del Orinoco constituye una importante fuente de
recursos para los waraos, ya que permite la superposición casi diaria de las
especies piscícolas tanto oceánicas como fluviales, lo que da origen a una
importante riqueza pesquera, hábilmente utilizada por los guaraos desde hace
siglos.
Este fenómeno se conoce
como MACAREO,
el cual no sólo incrementa el intercambio piscícola entre las aguas fluviales y
las marinas, sino que también las aves se aprovechan de él, de la misma manera
que los guaraos.
La palabra macareo designa
a un rápido y ruidoso oleaje de las aguas en un curso fluvial que desemboca en
el mar, debido a la irrupción de las aguas marinas durante las mareas en su
fase de pleamar y es el término empleado en el delta del río Orinoco en
Venezuela.
El macareo más notable es el
llamado en lengua tupí-guaraní “pororoca”,
estruendo que se produce en la desembocadura del río Amazonas.
Caño Macareo
Caño Macareo es el nombre de uno de
los brazos del Orinoco en su delta. El macareo, es decir, la entrada de las aguas
marinas durante la pleamar, es el fenómeno que explica lo intrincado de la red
fluvial en el delta, ya que muchos de los caños constituyen aliviaderos
momentáneos para las aguas marinas.
Los españoles quedaron
asombrados ante el sentido de orientación que tienen los waraos cuando navegan
por el delta, inclusive de noche cuando se guían por las estrellas, sin
perderse en los caños o brazos del delta, que tienen numerosos meandros
formando círculos casi completos y, además, corrientes contrapuestas de acuerdo
con la fase de las mareas:
·
“Durante la pleamar, la corriente superficial se dirige río
arriba (aunque en el fondo siga fluyendo hacia el mar) y poco tiempo después
sucede lo contrario. En sentido amplio, el fenómeno del macareo o, mejor dicho,
el fenómeno oceanográfico que da origen al macareo, es el que explica la
formación de un delta en una zona costera plenamente oceánica, lo que justifica
un análisis más detallado y completo, que se presenta a continuación”. (es.wikipedia.org)
Macareo es el brazo de mayor longitud y uno de
los más importantes que forman el Delta del Orinoco, especialmente, desde que
el Caño Manamo fue cerrado para construir una vía hacia Tucupita, la capital
del Estado Delta Amacuro.
El ruido
del oleaje en su desembocadura o macareo es muy intenso debido a las mareas y fue
notado durante el tercer viaje americano de Colón (el primero a Tierra Firme
americana).
Las mareas y los waraos
La penetración de las
aguas marinas en el Delta del Orinoco constituye una importante fuente de
recursos para los waraos, al permitir la superposición casi diaria de las
especies piscícolas tanto oceánicas como fluviales, lo que da origen a una
importante riqueza pesquera, hábilmente utilizada por este grupo indígena desde
hace siglos.
Este fenómeno del macareo no
sólo incrementa el intercambio piscícola entre las aguas fluviales y las
marinas, sino que además las aves se aprovechan de este fenómeno, de la misma
manera que los guaraos, como lo dio a entender Rómulo Gallegos, en su novela Canaima:
A los
macareos han llegado millares de garzas:
rojas corocoras,
chusmitas azules y las blancas, de toda blancura;
pero todas albean los esteros
Ya parece
que no hubiera sitio para más
y
continúan llegando en largas bandadas de armonioso vuelo
Los waraos, el Orinoco y sus aguas
En una aptitud por
demás inteligente, los indios warao (*) construyen sus chozas (namu, en guarao), o bakoakobo (chozas techadas con temiche) suspendidas sobre las aguas del
Orinoco, con lo cual evitan que estas construcciones se inunden cuando el río
crece de manera extraordinaria, como la crecida de 1945. Estas plataformas de madera, tipo palafito, impiden que el
río desbordado les afecte.
No es como erróneamente
asentó Alejandro Von Humboldt en su
libro Viaje
a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, y a partir de
allí se repitió por siempre el error de que los indios guaraúnos viven “sobre
las copas de los árboles, adonde los misioneros no los pueden seguir”.
(**)
Orinoco Flow
http://youtu.be/BJA4hF_9X-A
La gran crecida
Deltanos nacidos en la
década del 40 recuerdan que la creciente de 945 causó una gran inundación y
grandes pérdidas en la población de Tucupita, donde varias viviendas fueron
afectadas por las aguas, muchas personas quedaron damnificadas y otras fueron
afectadas. El sector agrícola tuvo grandes pérdidas.
Referencias
(*) De manera totalmente opuesta a los
indígenas, los blancos “cara pálida”, hombre blanco, criollos o gente
civilizada, sin previsión alguna, construyen sus casas en sitios fácilmente
afectables por huracanes o a orillas o encima de los lechos de los ríos,
desafiando a la naturaleza. Todo río o quebrada reclama su cauce en un
determinado momento.
A consecuencia de esta imprevisión, cada año las tormentas que afectan las costas de los océanos y la zona del Caribe, dejan a su paso miles de damnificados.
De la misma forma, sobre fallas geológicas se construyen ciudades y muchas de ellas desaparecieron después de grandes terremotos y debieron ser levantadas en otros sitios.
(**) Este error, que fue tomado por Humboldt de
una obra del siglo XVI (de Walter Raleigh) llegó a perdurar durante más de un
siglo en obras como la Geografía de Codazzi y la Enciclopedia Espasa-Calpe,
como se señala en una obra del misionero Fray Angel Turrado Moreno publicada en
1945”.
El Orinoco en Tucupita/www.fotopaises.com
Elba Romero López
Norton Briese : Auf der Jagd nach der Glueckseligkeit.
ResponderEliminargrillbert aus Hamburg.