LA PARABOLA DE LA SAL
Hola, .
El viejo maestro pidió a su joven discípulo, que estaba
muy triste, que se llenase la mano de sal, colocase la
sal en un vaso de agua y bebiese.
- ¿Cómo sabe? - le preguntó el maestro.
- Fuerte y desagradable - respondió el joven aprendiz.
El maestro sonrió y le pidió que se llenase la mano de
sal nuevamente. Después, lo condujo silenciosamente
hasta un lindo lago, donde pidió al joven que
derramase la sal.
El viejo Sabio le ordenó entonces :
- Bebe un poco de esta agua.
Mientras el agua se escurría por la barbilla del joven,
el maestro le preguntó :
- ¿ Cómo sabe?
-Agradable - contestó el joven.
¿ Sientes el sabor a sal? - le preguntó el maestro.
- No - le respondió el joven.
El maestro y el discípulo se sentaron y contemplaron
el bonito paisaje.
Después de algunos minutos, el Sabio le dijo al joven:
- El dolor existe. Pero el dolor depende de donde lo
colocamos.
Cuando sientas dolor en tu alma, debes aumentar el
sentido de todo lo que está a tu alrededor.
Tenemos que dejar de ser del tamaño de un vaso y
convertirnos en un lago grande, amplio y sereno.
Espero que te haya gustado y servido de inspiración
esta hermosa parábola.
Un abrazo
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