San Juan todo lo tiene... San Juan todo lo da...
En Venezuela, los
festejos en honor a San Juan Bautista, el 24 de junio, son una gran celebración
desde la época colonial, la cual se mantiene hasta el presente. La fecha establecida por la Iglesia
para conmemorar al Santo coincide con el solsticio de invierno, ambas de gran
trascendencia, en las que se reúnen diversas prácticas rituales pagano-religiosas
destinadas a avivar y/o conservar el brillo del sol, fuente principal de
energía, reconocida y venerada por el hombre desde la antigüedad.
El 24 de junio es el
día más largo del año, posterior al solsticio de verano, fecha cuando en toda
la costa central venezolana (Aragua, Miranda, Vargas y parte de Carabobo)
celebran con toda solemnidad el cumpleaños de San Juan. Ese día en estos
estados centrales, entre otros muchos de Venezuela, se celebra una fiesta que
reúne infinidad de devotos, quienes realizan diferentes actos religiosos y
culturales desde la medianoche, el amanecer y el día de la celebración.
Las fiestas de San Juan
son famosas, plenas de magia y encanto, noche de tambores y baile, donde el
santo es dueño del espacio, de sus fieles y es el alma de la fiesta. Siguiendo esta costumbre ancestral, el 24 de junio el mundo le abrirá las puertas a San Juan Bautista, un
santo que nunca se niega a las peticiones recibidas. Salud, abundancia y hasta parejas
encabezan la lista de solicitudes, pues este es un día extraordinario donde
todo parece ser posible.
Vistiendo y bailando al Santo
El 24 de junio se
celebra el Día de San Juan Bautista
para conmemorar el nacimiento del santo, (único santo a quien se le celebra el
nacimiento al igual que se hace con el Niño Jesús), festividad que reúne quizás,
la mayor cantidad de creyentes y devotos, no solo en Venezuela, pues su
devoción es mundial. Esta fiesta coincide con la entrada de las lluvias.
El día de San Juan
Bautista es uno de los más esperados del año. Constituye una de las pocas
festividades compartidas por creyentes y no creyentes de todo el globo. La
noche de San Juan está rodeada de muchas creencias y rituales paganos, como por
ejemplo, la de cortarse el pelo en una noche del 24 de junio para tener buena
suerte; y creer que verter un huevo en un vaso de agua le permitirá, según la
forma que tome, observar el futuro. Llevar una ramita de ruda detrás de la
oreja protege al creyente devoto, dice la creencia popular.
La noche anterior, el
23, ya están los altares adornados y al ritmo de tambores se realiza el Velorio de San Juan. La celebración se lleva
a cabo con toda devoción, al ritmo de los tambores y “rociada” generosamente de
licor y entre cantos, tambor y bailes típicos de la costa venezolana.
El 24 en la mañana bien temprano se prepara el santo para salir de la casa donde está guardado. Sobre
la cabeza o brazos del que sea su guardián se le lleva a la iglesia acompañado
de devotos y seguidores, a recibir los honores en una solemne misa que una vez
concluida marca de nuevo el comienzo del repique de los tambores.
La procesión recorre
el pueblo recibiendo dádivas, agradecimientos y reconocimientos. Cada cierto
tiempo la procesión se detiene y rinde homenaje a San Juan a viva voz y lo
bailan al ritmo del tambor en cada parada, oportunidad en la cual los tambores
suenan fervientemente. En el baile el hombre acosa a la mujer y ésta, entre
ritmos eróticos y provocadores se le escurre.
Parte importante de la
vestimenta de los sanjuaneros son los pañuelos de vistosos colores (generalmente rojos) que agitan en todo el
camino que sigue la procesión que se dirige a la casa de donde salió el santo.
Allí se reúnen y continúan la celebración entre fuegos artificiales, bebidas,
tambores y bailes.
Encuentro de San Juanes
Una primitiva práctica
del onomástico del Santo es la reunión de todas las imágenes de San Juan de las
distintas localidades de la costa venezolana, conocida popularmente como “Encuentro
de San Juanes”. Es también una fiesta de tambores
durante la cual se utilizan diversos tipos de este instrumento de percusión, además
de guaruras, maracas y charrascas, acompañando la música con danzas. Predomina
la música de golpe, con ritmo alegre, contagioso y bailable, letras
improvisadas en homenaje a San Juan, referidas a la devoción al santo, la
esperanza y el amor.
Los pescadores de las
costas aragüeñas se reúnen y sacan al Santo en una procesión marítima, ocasión
para la cual los peñeros se adornan con esmero y hacen un hermoso y colorido
recorrido en honor a San Juan, que culmina en Ocumare de la Costa, donde se
congregan todos los San Juanes, acompañados de los grupos de cada pueblo.
Carmen Elena Alemán
—autora del libro Corpus Christi y San Juan Bautista--, afirma que “en
Venezuela, la fiesta de San Juan se desarrolló, sobre todo, en aquellos lugares
donde había haciendas de cacao”, pues fue precisamente en estos espacios donde
hubo una mayor concentración de los españoles que vivían del comercio de este
cultivo.
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