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martes, 8 de octubre de 2013

Héctor Guillermo Villalobos, viajero del recuerdo

“Tarea fácil es hacer poesía en Guayana. Puede decirse que en aquellas tierras de prodigio vive la poesía en estado de naturaleza: derramándose por los cielos limpios en auroras paradisíacas o en solemnes atardeceres; corriendo –toda majestad y silencio- en los ríos misteriosos, o desplomándose, súbita, en la acrobacia de los saltos increíbles: desmelenándose en la ramazón de los milenarios colosos de la selva, o estallando de color y música en las gargantas y plumajes de pájaros inauditos. Todo en Guayana respira belleza, gracia sutil, original encanto. Sobre el telón de fondo de su naturaleza, evoquemos –como fehaciente prueba de lo dicho- la esbelta prestancia de sus mujeres, plenas de hermosura, de generosidad, de inteligencia”.

(Fragmento de la presentación que hizo Héctor Guillermo Villalobos del larga duración grabado para conmemorar el Bicentenario de su ciudad natal, titulado “Bicentenario de Ciudad Bolívar, 22 de mayo 1764-1964”, contentivo de doce melodías de autores venezolanos).


Ciudad Bolívar, 20/06/1911-Caracas, 23/05/1986)


HECTOR GUILERMO VILLALOBOS, “catedrático de la geografía espiritual de Guayana” y viajero del recuerdo,  nació en Ciudad Bolívar, en la Casa del Congreso de Angostura, el 20 de julio de 1911, como hijo de Guillermo Tell Villalobos, quien era en ese momento director de la Escuela de Varones que entonces funcionaba en ese histórico inmueble, donde también vivía con la familia.
Poeta, periodista, pedagogo y político venezolano, Héctor Guillermo Villalobos fue autor de una brillante producción poética y se le consideró como una de las voces líricas más destacadas de la literatura venezolana del siglo XX.
Su obra literaria expresa las costumbres y las formas de vida de guayaneses y venezolanos todos, exalta el sentimiento amoroso y lo convierte en el eje en torno al cual gira el universo, reseñan los biógrafos de este humanista fecundo, que cultivó de manera prolífica las letras, el romance y las costumbres, conocimientos que transmitió a sus alumnos durante su desempeño como profesor de Lengua y Literatura Española, desde 1936 cuando se graduó.
Héctor Guillermo Villalobos, además armonizó, a partir de entonces, sus labores docentes con una intensa dedicación al periodismo, faceta en la que sobresalió por sus artículos publicados en la revista Oriflama. Fue el fundador del rotativo El Luchador.

Guayanés polifacético

Poeta, escritor nativista, docente, periodista y compositor, también figuró en el escenario político como representante del estado Bolívar en el Congreso de la República. En 1946 fue elegido presidente de este estado; y posteriormente desempeñó otros elevados cargos dentro de la política nacional, como los de director de Enseñanza Primaria y Secundaria y ministro de Educación.
En su faceta de escritor, Héctor Guillermo Villalobos alcanzó un merecido prestigio por algunos poemarios tan elogiados por la crítica y los lectores como En soledad y en vela (1954), Mujer: tú eres la madre tierra (1963) y Barbechos y neblinas (1973). Ante tan inspirada pluma, J.A. Armas Chitty lo bautizó “el poeta que maneja el romance con mayor destreza en Venezuela”.
Prosa, hombre y trayectoria ganaron los mejores elogios y ante su destreza en el cultivo de este molde estrófico tradicional, Héctor Guillermo Villalobos ganó varios galardones tan relevantes en el panorama literario venezolano, como el Primer Premio del Ateneo de Guayana, por su romance “Jagüey” (1943) y el Premio Único del Certamen de Romance Nativista de la Exposición Agropecuaria Nacional, por su “Romance para una madre campesina”.
Su primer libro “Afluencia” es una obra mítica y de gran contenido humano, a la cual siguió “Jagüey”, que lo define como poeta nativista.  Su siguiente obra “En Soledad y en vela”, resalta su faceta romántica y el último, “Barbechos y neblina”, publicado en 1973, que surge como un libro preñado de elementos telúricos. 
Otras obras suyas inéditas son “A favor del viento” y “Memorias en la Buhardilla”. Elementos constantes en su obra son las imágenes del agua, la soledad, la exaltación del paisaje y las costumbres nativas.  También la maestría en el uso de la lengua, metros y estrofas tradicionales, analizó y destacó José Ramón Medina
La novelista Lucila Palacios, aseguró en una oportunidad que “Héctor Guillermo Villalobos ha sido quizás el que mejor ha sabido captar el espíritu del conterráneo insertando su sensibilidad y manera de vivir en la poesía”.
Manuel Alfredo Rodríguez, lo llamó “catedrático de la geografía espiritual de Guayana”. El 23 de mayo de 1986 falleció en Caracas, el poeta nativista Héctor Guillermo Villalobos, defensor de su gentilicio guayanés y venezolano, autor de hermosas piezas que enriquecen el acervo musical de Venezuela.
Una de esas composiciones fue Ofrenda a Guayana, que tuvo poca difusión (¿o ninguna?). Ni siquiera en la radio de su estado natal; menos para llegar a Caracas, donde lo que reinaba el mambo (compuso y cantó Ángel Custodio Loyola en “Ofrenda a Caracas”) y se oían los cantantes venidos de otros rumbos del mundo.
Así somos por aquí.
Huellas de su faceta de compositor son:
* Trompo y Zaranda, romance guayanés
* Ofrenda a Guayana,  con fondo de vals grabado con violín, piano y bajo, contenidos en el LP Bicentenario de Ciudad Bolívar 1764-1964, con arreglos musicales de Juan Domené, acompañamiento del conjunto Los Llaneros del Oeste, de José Romero Bello, conjunto Bicentenario y Orquesta Venezolana de Salón.

Viajero del recuerdo

En homenaje póstumo de la Dirección de Cultura (1986) del estado Bolívar, el mismo año de su muerte, Manuel Alfredo Rodríguez dijo que HGV “ejerció sobre todos nosotros un magisterio extraordinario. Fue de los primeros que nos acercó a la emoción profunda, intemporal e inagotable de la poesía y con ella nos reveló toda el alma del paisaje y de las cosas de la ciudad.  Él era algo así como un catedrático de la geografía espiritual de Guayana” y un viajero del recuerdo:
“Ah recuerdos bien profundos
los recuerdos de la infancia
desde un umbral de la noche
cuando la vida se calla”, enfatizó Rodríguez, solemne.


A falta de pan...

Viajera del Río
http://youtu.be/8vC9PT27PqE
Autor: Antonio Yánez (compositor guayanés)



Con la bendición del fortín de San Gabriel, el 22 de mayo de 1764, se fundó Ciudad Bolívar/www.notialternativo.wordpress.com



Foto: Alfredo Cedeño
francisco-rangel-escobar19.jpg 


En 1764 se funda la Ciudad de Angostura, hoy día Ciudad Bolívar.



Fundada en 1595 con el nombre de Santo Tomé de Guayana, en la boca del Río de Upata, desde su nacimiento estuvo ligada a la Leyenda de El Dorado. Como consecuencia de su fama, fue asaltada, saqueada y destruida una decena de veces. Para evitar los asaltos y la resistencia indígena, sus habitantes y gobernadores mudaron la ciudad tres veces, siendo la última en 1764, cuando el Rey Carlos III ordenó su traslado a la zona más angosta del Río Orinoco en donde hoy está asentada Ciudad Bolívar. 

http://encontrarte.aporrea.org/efemerides/e699.html


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