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sábado, 21 de enero de 2012

Salud física y mental: La abrazoterapia




El Poder de los Abrazos

El Abrazo es la primera forma de medicina y protección que se inventó en el mundo. Un bebé de cualquier especie se aliviará de todos sus miedos, dudas, frío, nerviosismo. Igualmente, todo adulto se sentirá reconfortado, acompañado, unido, aliviado, con un abrazo sincero. Un abrazo diario eleva nuestra estima, mejora el sistema inmunológico, nos une. Dos abrazos multiplican el efecto. Tres abrazos tiene un poder sanador, anti estrés, protector. Los abrazos nos alivian el dolor cuando perdemos a un ser querido o estamos en desgracia, teniendo un gran efecto en la unión familiar, en el estar siempre en el terruño, en los brazos maternos, en volver a nuestras raíces naturales de humanidad. Calman la ansiedad, la depresión, los dolores en general. Si no tiene a quien abrazar puede abrazar a un árbol, un peluche, a usted mismo.
La prisa, la vorágine de la vida ya están haciendo olvidar los abrazos, quedando tan solo para los aniversarios, ascensos, ocasiones especiales y no como algo natural. El abrazo es una medicina que todos tenemos a nuestro fácil alcance.
     Es realmente insospechado todo lo que podemos curar con los abrazos, desde un simple perdón hasta un cáncer.
Al abrazar sinceramente podemos equilibrar nuestras energías y desplazar la negatividad de ambas personas o de todas las que participen en el abrazo. Si sumamos 1 + 1 matemáticamente el resultado será 2. Si dos personas se abrazan, el resultado será hasta donde se quiera llegar, ya no son 2, sino una suma de energía universal que potenciara la sinceridad, amor, amistad, sanación. Por supuesto, un abrazo con cariño, con entrega, con Divinidad. Muchos monjes de Oriente acumulan esta energía y la ofrecen al mundo en sus oraciones por la paz.
En todo caso, el abrazo debe ser sincero, con entrega, compartiendo energías de armonía, abierto en ofrecerse pero cerrado en un núcleo de amor al momento de abrazar. Mucho mas allá de las palabras, de las hipocresías, de las miradas, del contacto carnal, es la unión de la parte espiritual y Divina de cada cual.


4 de junio, 1962 HÉCTOR RONDÓN LOVERA, VENEZUELA, DIARIO LA REPÚBLICA. Un soldado muerto por un francotirador se abraza al capellán de la Armada, Luis Padillo, en la base naval venezolana de Puerto Capello. (foto premio Pulitzer)
El abrazo lleva consuelo, combate la depresión, levanta el ánimo, mejora el sistema inmunológico, aumenta la autoestima. Los abrazos pueden ser inmensos como los del oso, con todo el cuerpo como entrelazándose, con contacto de mejillas y besos en mejillas, frente, cráneo o boca, no simplemente un beso, sino con abrazo. Podrá sentirse inclusive los latidos del corazón de la otra persona y unirlos al nuestro.
Igualmente, pueden ser abrazos de costado al caminar, al ver televisión, al mirar una puesta del sol, no de apariencia, sino de sentirse bien con la pareja, hijos, padres, amigos. Pueden ser abrazos de más de dos personas, inspirando la unión, fraternidad, cadenas fraternales. Es decir, no hay límites para el abrazo, el límite somos nosotros mismos. No se necesita ir a algún lugar especial para abrazar, ni tiene costo alguno.
 Una vez que se da el abrazo, no juzgar, no prejuiciarse. Debe darse con toda la entrega. Es como lanzarse al vacío, sin miedos, no debe existir la vuelta hacia atrás.  Abrace a alguna persona cercana en este momento, envíele un correo con este mensaje. Haremos un mundo mejor con otro granito de arena como es la abrazoterapia.
Ayúdenos a fomentar los abrazos en el mundo.


Correo electrónico compartido por el periodista Hernán Romero López
Selección de fotos: Elba Romero López

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