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lunes, 2 de julio de 2012

¡Esta tierra mía!: Las leyendas



La leyenda de El Silbón

        Con el permiso de don A-DOL-FO MARR-TI-NEZ ALCALA (creo que esta entonación se acerca bastante a la entonación que este locutor de voz privilegiada usaba para presentar su programa Esta Tierra  Mía) me atrevo a usar este nombre para el inicio de esta serie: las leyendas del llano adentro venezolano. 
          Los caminos de este país están llenos de leyendas, verdaderas unas, inventadas otras. Pero allí están, muy marcadas siguen sus huellas. Espantos, muertos, aparecidos, visiones y demás parentela siguen teniendo vigencia. Pareciera que siguen andando, van desandando por trochas, veredas, atajos y hasta se atreven todavía a aparecerse en los caminos. ¡Susto! Quiero a mi mamá. Que me traigan a mi mama.
Parece que escucho el grito desgarrador de El Desandas, El Silbón, El Canillú ese. Que no se atreva conmigo el rodilludo ese.

El Silbón


          Elbita ponga el descuido en cuidao me decía mi papá en forma de alerta. Era un alerta amarilla;  yo estaba pisando terreno falso. Arena movediza. Ni falta hacía que dijera como frecuentemente decía, No deje que la sorprenda la aurora, es con usted la cuestión. Yo entendía ese lenguaje y actuaba en consecuencia: no sigas tensando la cuerda; vas a reventar esa cuerda. Anda derechita, vuélvete un dechado de perfección, una niña hacendosa. No sigas jugando con fuego. Te vas a quemar. Si mi papá nos hablaba a sus hijos de usted, algo andaba muy mal. En mi caso, si mi papá me llamaba Del Valle yo interpretaba que no había obstáculos en el camino. Hasta le puedes responder, siempre fuiste una niña respondona. La bordona respondona. Y tu papá te lo acepta. Tú lo regañas a él.
       Pero si el trato era de Usted y además me llamaba Elba, ¡ay papá!, ayayay Maracay. ¡Es-cón-de-te! Métete debajo de la cama. Tú estás en un problema Elba. Usted y Elba marcaban la diferencia. Distancia y categoría. No hay duda de quién manda aquí. De todas maneras mi papá nunca me pegó. Jamás me levantó la mano. Qué papá, cuál papá, le levanta la mano a su bordona. ¡Adiooo! ¡´ijo er diablo! Además, yo tuve el mejor papá de todos los papás del mundo. El papá más papá entre todos los papás fue mi papá. El roble que siempre da sombra, la mejor sombra. Ni el viento mueve sus hojas. Atrévete sol.
       Creo que todavía esa advertencia está vigente. Pienso que es mejor que pongamos el descuido en cuidao, porque esas huellas marcadas que todavía no se borran están diciendo que espantos, muertos y aparecidos aun nos están rondando, ¿nos andan buscando acaso? ¡Sácame de aquí con bien Virgen de Chiquinquirá, Virgen del Carmen Bendita, Santa Virgen de Pilar, Santa Virgen de La Paz. San Miguel dame tu escudo, tu rejón y tu puñal, Niño de Atoche bendito, Santísima Trinidad...! (Así dice la leyenda de Florentino y El Diablo, de Alberto Arvelo Torrealba. La conocen, no se hagan. La conocemos). 

La Leyenda del Silbón
 ¡Ave María Purísima!
        Si se les paran los pelos no es mi culpa. Soy inocente, me acojo a la Constitución Nacional. Se les van a parar los pelos al oír la narración. Encomiéndense a Dios y todos los Santos. Porque justamente, es de El Silbón, El Desandas, el espanto más conocido en todo el estado Portuguesa, del cual les empiezo a contar. ¡Santo Cristo de la Mata! ¡San Miguel! San Antonio Bendito y San Andrés, Virgen del Valle bendita, vénganse conmigo pues! ¡Ave María Purísima! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

  Esto era lo que contaban
 del Silbón y las parrandas
una noche se encontraron
Hilarión y El Desandas…

No vayas para la fiesta
Le dijeron  Juan Hilario
Que en tierras de Portuguesa
Va un espanto desandando…

                La historia de El Silbón no se las voy a contar aquí. La conocen. Además está en el link dejado párrafos arriba. Lo más importante es resaltar y subrayar la gran importancia de la presencia de esta leyenda en la discografía venezolana. Esta leyenda es hija de la sabana, creció en el llano abierto, extendido, inmenso. Es parte de la esencia del llanero. Es saber del pueblo: es folklore.
Es raigambre popular. “Porque la leyenda del Silbón es hija de esta tierra nuestra, amalgama con la cual el espíritu del llanero ha traído una cuota para forjar el alma nacional, al lado de la Bola de Fuego, del “Anima de La Yaguara” y de los lastimeros gritos de La Llorona, atormentando la quietud de la sabana (…)”, son palabras pronunciadas por el periodista y doctor en Derecho RAFAEL ROBERTO GAVIDIA, en el Ateneo Popular de Guanare (1967), plasmadas en la contraportada del LP doble “El Silbón, leyenda Llanera, Dámaso Delgado” (LP sello Hermanos Oropeza, número 200-3/1967).

Dicen que en el mes de mayo
  Está saliendo una terrible visión
 Y por mal nombran la llaman
 El rodilludo Silbón, rimó Gavidia inspirado. Genuina estirpe venezolana.
Prosa y verso conjugados, espontáneamente expresados con gusto, salidos del corazón. Por ahí andan y desandan tomados de la mano, enamorados. Así son los llaneros de Venezuela. Estudioso de las raíces de lo nuestro RAFAEL R. GAVIDIA averiguó que El Desandas no atraviesa el río Apure, porque el agua le da por la cintura y se le moja la mochila de huesos”. Es espanto de los llanos de Portuguesa, Barinas y Cojedes.

En el  joyero de más brillo

La Leyenda del Silbón es un disco de altísimo valor para los coleccionistas de la música venezolana o de toda clase de música (la música no tiene fronteras). Esta producción discográfica es una de las joyas que más brilla en el cofre bordado en oro del acervo musical criollo. El resultado de esta producción recibió en su momento las alabanzas de los más expertos conocedores de la cultura musical venezolana.
“Oí su grabación y me declaro entusiasmado por la alta calidad artística y folklórica de sus composiciones, cantadas además en forma genuina y hermosa. Es usted un gran compositor de música popular venezolana. En cuanto a la escenificación de la leyenda (El Silbón) la juzgo de gran mérito pedagógico y documental.  Le felicito (…)”, testimonió efectivamente emocionado el renombrado y reconocido JUAN LISCANO, en telegrama enviado desde Caracas a DÁMASO DELGADO, en Guanare.
Esta leyenda ocupa lugar destacado en el acervo cultural venezolano y la podemos oír una y otra vez gracias al esfuerzo y el solícito trabajo que de manera esmerada realizó el portugueseño DÁMASO DELGADO
          El poeta DAMASO DELGADO (Guanarito, 24 de noviembre de 1940) es compositor genuino con puesto ganado en el canto y la literatura nacional, donde escribe con plumas de garzas y “viste de gala a la poesía para cantarle a su tierra”, que es Portuguesa. Es el autor de la leyenda de El Silbón.
     Con clave de sol dejamos aquí estos versos suyos:

Allá voy por el camino
Que me señaló mi madre
Haciendo patria y destino…
Porque sin eso, soy nadie

         En la producción de este disco de acetato participó una verdadera constelación de todos estrellas, bajo la dirección de Dámaso Delgado. Se reunió a jóvenes figuras de Portuguesa y del espectro musical nacional, las mejores voces de la narración y la animación radial del país. La declamación estuvo a cargo de VICTOR MORILLO, El tricolor nacional.
         En esta producción se juntaron las bellas voces femeninas de BENILDE GONZALEZ, Corazón y Copla de Venezuela; TERESITA VEGAS, NORMA SUAREZ y JOSEFINA VILLARROEL. La contraparte masculina la integraron DAMASO DELGADO, JOSE Catire CARPIO, JOSE HERRERA, VICTORINO CASTELLANO.
         Las grandes voces de la narración las representó ALFREDO ACUÑA ZAPATA. El excelente marco musical lo hicieron los maestros RAMON COROMOTO MARTINEZ y RAMON TORIBIO EGAÑA. Un gran equipo, perfectamente acoplado. Levantaron y dejaron muy en alto el pabellón nacional.
º Acoplamiento perfecto de todas las claves del pentagrama: Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si. Al derecho y al revés.
º  Clave de Do, Clave neutral, Clave de octava, notas y silencios,
º  Compás de espera, pausas,
º  Doble bemol, Bemol y medio, Bemol, semibemol,
º Becuadro, semisostenido, sostenido, sostenido y medio, doble sostenido, todas ellas, las nueve, en su lugar, el rango alteraciones.  
º  Las pausas Respiro y Caesura.

-¡Ooohh! ¡Perfecto!, dijeron los que lo vieron y lo oyeron.
         Todo, absolutamente todo, en perfecto acoplamiento. Si hasta el mismo doctor Juan Liscano quedó embelesado, asombrado. ¡Estos venezolanos!
-         Créanlo. Los venezolanos asombramos a cualquiera.

  
Investigación y texto:
Elba Romero López


    Queda pendiente la bellísima interpretación de la pieza musical El Silbón, que hace Norma Suárez. 

2 comentarios:

  1. De extraordinaria belleza,orgullosa por la referencia a mi tío Rafael Roberto ,con ganas de llorar. llorando por la emoción .

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    1. Gracias por comentar. Y aquí simplemente cumplimos eso de "honor a quien honor merece".
      Saludos.

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