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viernes, 13 de julio de 2012

Las madres venezolanas arrullaron al Himno Nacional




Las mamás de aquí acunaron y mecieron
en sus brazos a Gloria al Bravo Pueblo
Desde antes de nacer lo hicieron



Fue así, lo dijo el profesor Calcaño
Él sabía de eso. Fue su especialidad.

DUERME MI TRIPON
(OTILIO GALINDEZ)
http://youtu.be/NjqtleH-Dpc



VENEZUELA HABLA CANTANDO
L y M: CONNY MENDEZ
Primera versión 

VENEZUELA HABLA CANTANDO
http://youtu.be/QISq8O1PGts
Versión  ROSA VIRGINIA CHACIN  
http://youtu.be/ZxtWA3nXcOo


VENEZUELA HABLA CANTANDO 

(Con traje largo en los grandes salones)
http://youtu.be/QISq8O1PGts




         Las nanas venezolanas son mestizas, como mestizos somos todos los americanos, desde el norte hasta el sur, en los tres subcontinentes americanos. Somos mestizos todos. Todos estamos mezclados con los europeos, los indios y los africanos que trajeron de tan lejos en barcos negreros, que  así los llamaron desde la primera vez.
Es así, todos los nacidos en América, nuevo continente, somos una mezcla, homogénea, bien batida, (bátelo, batelo, batelo, creo que dijeron y se fajaron a batir quienes batieron la mezcla a partes iguales) y bien amasada. Sin grumos. Homogeneidad total. Somos mestizos y, en consecuencia, nuestras nanas son mestizas.
Están regadas por todo el nuevo mundo, cuyo descubrimiento acabó de un manotazo con aquello de “el mundo es plano; no señor, es redondo; que no, que sí. Que no, que no y no. Que sí, que no, en mi casa mando yo”.
La primera señal del mestizaje de las nanas venezolanas en particular, y americanas, en general, podría estar en Doña Ana. Esta nana llegó de España. Se vino de polizón en un barco y nadie la descubrió, pero al bajar del navío la detuvieron. En el propio puerto de La Guaira la descubrieron. Imagino que fue así. Es pura imaginación:
-- ¿Quién es usted, de dónde viene, para dónde va?
-- Yo, yo, yo… pero bueno, ¿qué le pasa al guardia?
-- ¿Para dónde va polizona le pregunté?
-- Para Caracas.
-- Cédula contra la pared, muéstreme sus papeles.
--Pa pa pa qué …, se inquietó la nana.
-- Si no tiene carta de nacionalidad venezolana no entra.
-- Bueno, está bien, señor guardia.

Hay un rumor

      La nana Doña Ana, ronda española, nacida en España, recién llegada a la Capitanía de Venezuela desde España allende los mares, en el mismo puerto de La Guaira comenzó a danzar con la música del Himno Nacional, con la misma entonación del coro y las estrofas de la Marsellesa venezolana. Se vistió con el traje típico venezolano.
Si precisamente tras esa canción patriótica se vino. 
-Soy nana venezolana. Y con papeles en regla, imagino que dijo Doña Ana.
-Voy a ´dentrar´, afirmó con falta de ortografía y mal hablada. Con acento ´essspañol´genuino. 
-Pase pues, ya tiene nacionalidad, convino la autoridad.
Le hablaron de ese canto patriótico, a la distancia lo oyó, era un rumor, y fue como un canto de sirena. Quedó encantada y, como hechizada, -no con la música del flautista de Hamelin-, no, no, con la música de la también llamada Canción de Caracas, se vino al encuentro de ese canto tan atrevido, tan audaz.
En España, desde el mismísimo Rey, todos, se escandalizaron cuando por barco los conquistadores, corregidores, comendadores, encomenderos, todos, le avisaron a Su Majestad, que por estos rumbos inventaron una canción que invitaba a rebelarse contra el reino español. Lo que más escandalizó en toda la comarca, en todos los rincones del Palacio, en todas las cortes de todo el viejo mundo, fue eso de:

abajo cadenas, abajo cadenas
gritaba el señor, gritaba el señor
y el pobre en su choza
libertad pidió

         Prácticamente comenzando la canción, la primera estrofa, después del coro. ¡Qué horror! ¡Qué osadía! Es conspiración contra el soberano. Los acólitos de Su Majestad El Rey gritaban ¡Traición! ¡Traición! ¡Traición!  Porque aún más: esa canción agregaba de corrido:  

A este santo nombre
Tembló de pavor
El vil egoísmo
Que otra vez triunfó (bis)

         Y más todavía. Fue el acabose. ¡Se van a alzar todos!, se asustaron y acertaron los europeos:

III

Unida con lazos (bis)
Que el cielo formó (bis)
La América toda
Existe en nación
Y si el despotismo
Levanta la voz
Seguid el ejemplo
Que Caracas dio.

         La propia Doña Caracas, la Sultana del Avila, fue la primera que se alzó. Tenía que ser ella. Dio el ejemplo. ¡Fin de mundo! En el viejo continente todos se asustaron. Doña Aña, no. Esta nana se vino siguiendo el canto del Himno Nacional de Venezuela. Me gusta, me gusta, me gusta, cantó en castellano. Se vino y se quedó.
         A Doña Ana le pasó como a todo el que oye hablar de Venezuela, de lo venezolano o de los venezolanos. Con todos pasa así. Se viene inmediatamente. Esta es la tierra de gracia y es la tierra de promisión. Es VENEZUELA, la madre más linda. Los recibe a todos con los brazos abiertos a todos.
-¡Vengan todos que los voy a arrullar! Los voy a acunar mis niños lindos, pechochos. Y los voy a mecer en mis brazos, los arrullaré con las nanas que arrullaron al Himno Nacional, dice esta madre, la señora Doña Venezuela. Los cobija a todos. Y los mima.  arrorró mi niño, arrorró mi sol, duérmete pedazo de mi corazón♪.

Todos le cantan a los niños

         En Venezuela pasa así. Los venezolanos se inspiran en todo. Le cantan a todo, riman por cualquier motivo. Es rutina, es el pan de cada día. Son venezolanos y componen. Es verdad, Venezuela habla cantando y por qué no le van a cantar a los niños. Ah, pues.
       Por aquí por estos rumbos el pentagrama esta cuajado de composiciones dedicadas a los niños, canciones infantiles añejísimas. Nanas de hace añales, quizás desde el día 1 de Venezuela, la pequeña Venecia. Muchísimos de estos cantos son de alcurnia, tienen casta, tienen estirpe.
         Se han oído en las más altas esferas sociales, más abajito, también en los caserones que antaño había en Caracas cuando era una damisela encantadora. Se siguen tarareando entre el pueblo que se aglomeró en la propia capital, llegados desde distintos rincones del país, de fuera, de al lado. De todas partes se vinieron para Caracas. Se vienen todos los días.
       Músicos y compositores de renombre, clásicos, populares, conservadores, vanguardistas, innovadores; voces líricas, buches populares mirandinos, voces educadas, voces genuinamente llaneras, del llano adentro, de la costa, occidente, centro, de los cuatro puntos cardinales, componen, tocan y cantan canciones infantiles, nanas mestizas, rondas, etc. Todos le cantan a los niños en Venezuela.
         Creo que estamos pretenciosos con los niños venezolanos (este gentilicio abarca más allá de los bebés nacidos aquí y arropa a los venidos de otros lugares cercanos o lejanos). Los venezolanos somos así, les sigo insistiendo.
         Dale la mano al que llega es nuestra filosofía aprendida en la copla llanera andariega. Aprieta con fuerza esa mano que tiendes, no puede ser un simple roce. Con fuerza.

Harina de otro costal

         La extensa discografía venezolana inspirada, dedicada, a los niños de por aquí no la podemos dejar acá de una sola vez. Se extendería mucho este texto y a la gente no le gusta leer cosas tan largas. Es tarea pendiente, porque además necesita espacio para ella sola.  Es harina de otro costal, dice el refranero criollo. Esta discografía no cabe en un solo costal. Harán falta varios costales.
         Queden aquí de muestra algunos títulos y nombres. Nos saltamos la discografía de los primeros tiempos (también merece espacio aparte y que yo ahonde en ese pasado musical). Debo seguir curucuteando para poder escribir con propiedad.  
            El llanero José Catire Carpio grabó feliz Es mi Niña y otros temas. El romántico Frank Quintero hasta canta y compone para los niños. En el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela estrenó temas de Nanas, uno de sus más recientes discos. Ustedes conocen su voz de cuando en los años 80 cantaba La Dama de la Ciudad y ocupó el lugar que le correspondió en el ambiente musical.
         Morella Muñoz dejó su voz grabada en discos de pasta y acetato y un trabajo para la posteridad sobre canciones infantiles.
         María Teresa Chacín (ex rockera,  baladista, ex intérprete de bossa nova y desde hace tiempo, de música venezolana) Canta cuentos. Cuando presentó este disco, planteó con simpatía y sencillez acostumbradas, que el álbum "rompe con el estereotipo que se tiene de un disco infantil”. Y agregó que “las canciones son para la mentalidad de los niños de hoy”.
Carlos Moreán compone, toca y canta para la población infantil. La Serenta Guayanesa grabó en acetato varios discos dedicados a los niños. Hizo un gran trabajo de recopilación y rescate de esos cantos ésta reconocida agrupación musical. Hasta aquí, es material de investigación aparte.

EL NIÑO ES EL MISMO
Morella Muñoz
(Miguel Delgado Estévez)

CON REAL Y MEDIO
Serenata Guayanesa

LA PULGA Y EL PIOJO
Serenata Guayanesa

EL PAPAGAYO
Serenata Guayanesa



Investigación y texto: 
Elba Romero López
         


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1 comentario:

  1. Otras entradas relacionadas con este tema son:
    1.- Costumbres: las nanas mestizas venezolanas (11/08/2011
    2.- Tradiciones: Nanas mestizas (2011)
    3.- Las nanas venezolanas son mestizas
    4.- El Himno Nacional se acurrucó en la cuna con nuestros niños (día anterior).

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