Madera,
sábila, lombrices y artesanos:
Varios jóvenes fueron enviados a la
escuela de ebanistería de la Colonia Tovar, montaron un taller y ahí se dedican
a hacer muebles, tallas, puertas, ventanas y todo lo que se requiere para la
construcción. La verdad es que son bien esmerados.
La familia Martínez elabora jabones artesanales
de sábila en su propia casita, con su cocina a gas, mezclando esencias y
hierbas. Los que tienen cariaquito y mandarina dan suerte, el de café elimina
los malos olores, con canela y clavitos dulces atrae el amor y el anti-edad
tiene vitaminas, avena y miel.
Magdalena Villegas trabaja
con enea y tapara, su hijo José Daniel
trabaja la madera, mientras su papá se especializa en alpargatas con suela de
caucho y tejidas en nylon. Antonio Díaz tiene su
lombricultura a un lado de la iglesia, protegida por los santos. Son las lombrices californianas que se comen la
bosta del ganado y producen humus sólido y líquido, el mejor abono natural que existe.
Vende también las lombrices para la reproducción o para alimentar gallinas y
peces.
En
la CASA Taguay funciona el Restaurant La Olla Familiar todos los días para
desayuno, almuerzo y cena. Se come suculento y lo atienden Luis Manuel y
Suibely Lorca. En la misma casa se dictan talleres, hay una biblioteca, sirve
de posada con dos habitaciones, se reúne todo el pueblo y tiene a Pedro Alí
Henríquez como coordinador y alma del lugar.
Gallinas felices cual perdices:
De todos los proyectos el que me dejó
cautivada fueron las gallinas felices. El nombre oficial es Avitaguay. Son 10
granjas, 300 animales por granja, recibieron un aporte de $9.000,oo del Papa
Juan Pablo II por la Encíclica Populorum Progreso en el año 2003.
Probablemente
ustedes no sepan que las gallinas criadas en las polleras enormes son unas
sufridas, histéricas, que tienen todo el día la luz prendida para que sigan
comiendo y poniendo; jamás ven un gallo, viven apenas entre 5 y 6 meses y no
tienen un solo día de dicha en su cortísima vida. La amarilla de sus huevos es
tan pálida como sus semblantes. Estas gallinitas de Taguay son las más felices.
Viven en libertad en
corrales grandes, se alimentan de maíz, auyama, yuca y luego las sueltan para
que busquen la proteína con los animalitos de la tierra: lombrices, gusanos,
insectos.
Se
bañan en ceniza para desparasitarse, luego reposan y a las 4 de la tarde
vuelven al corral para reposar. Jamás les falta su gallo. Con este sistema son
tan dichosas que viven hasta 5 años. Lo más hermoso es que esos huevos con su
amarilla casi anaranjada se colocan en unas cajitas de cartón reciclado, como
si fueran bombones, con su etiqueta que dice Huevos de las gallinas felices.
¿Quieren ustedes un nombre más cautivador?
Son absolutamente
orgánicos, sanos, preciosos y gustosos. Después que te comes un huevo de
gallina feliz, los otros te saben a nada, te deprimen y los ignoras de por
vida.
El plan ideal:
Si deciden visitar Taguay, lo que les
sugiero es que agarren el Gallitour. Salen en la mañana, visitan los
gallineros, les explican el proceso de la crianza, ven a las gallinitas
contentas y luego se van al pozo en el río que es una delicia. Al regreso, les
sirven tremendo hervido de gallina bajo las matas de un mango, con un conjunto
de arpa, cuatro y maracas y unas parejas que bailan joropo.
Es un plan distinto. Si
da tiempo visitan a los artesanos. Lo seguro es que de ahí salen con su cajita
de huevos de las gallinas felices.
Datos
Vitales:
CASA
Taguay:
Calle Bolívar
Taguay
Teléfonos: (0246) 551.00.60
Lombricultura Taguay:
Antonio Díaz
Esquina Plaza Bolívar
Teléfono: (0412) 759.02.25
Jabones
de Sábila:
Familia Martínez/ Teléfono: (0412) 475.39.12
Familia de artesanos:
Calle El Tanque, # 0428, Nare
Teléfonos: (0412) 291.26.27 (0412) 563.4937
Enviado
por Enmanuel Eduardo Arreaza Ramos Fecha:
13 de diciembre de 2008
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