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jueves, 2 de mayo de 2013

Educación, democracia y libertad




 Mauricio Najar.
@[100002703891425:2048:Mauricio Najar II]

















“Los mejor educados, concluyen MacClosky y Drill, son los más tolerantes y las diferencias en educación pesan decisivamente en el grado de apoyo a las libertades civiles”… 
...Asimismo, si se toma la variable "intelectualidad" (interés por la cultura y el arte, en general), se observan resultados similares: a mayor intelectualidad mayor respeto y, a la inversa, a menor intelectualidad menor respeto…”

EDUCACIÓN Y TOLERANCIA

          "La disposición para la democracia, decíamos antes, no es algo congénito, inherente al hombre o que crece en él por generación espontánea sino que más bien es un producto del aprendizaje social. Los valores de la democracia se aprenden y ese aprendizaje varía según la posición que ocupe cada individuo dentro de la sociedad. Hay algunos que por su riqueza, por su talento natural o por sus relaciones están mejor equipados que otros para asimilar esos valores. 
          Un estudio de 1983, Dimensions of Tolerance, de Herbert MacClosky y Alida Drill (que incluyó dos encuestas a población adulta de 300 comunidades de Estados Unidos), concluyó que el aprendizaje social -sea formal o informal- es la influencia más poderosa para la internalización de las normas que establecen las libertades civiles (o libertades democráticas). 
        Las personas aprenden o adoptan las normas de la tolerancia, el respeto a la privacidad, el derecho a un juicio justo y otras libertades en la medida en que tienen acceso a la información, a los asuntos públicos, a que estén expuestas con mayor frecuencia e intensidad a esas normas, y a que conozcan los beneficios y costos de respetarlas.
    Los mejor educados, concluyen MacClosky y Drill, son los más tolerantes y las diferencias en educación pesan decisivamente en el grado de apoyo a las libertades civiles. La educación tiene un enorme éxito cuando inculca en los alumnos actitudes de apoyo a las libertades civiles a través de mecanismos como hacerles escuchar o leer repetidamente temas que tratan de esas libertades, dado que esto los familiariza con situaciones políticas, los pone en contacto con las ideas y los principios de las figuras de la historia y les transmite argumentos para defender esas normas. 
      En este proceso resulta decisiva la información política. Entre más enterada está la gente de los asuntos políticos, más probabilidad hay de que respete las libertades civiles. El asunto es igualmente claro si observamos las respuestas en función del conocimiento que se tenga de las propias libertades civiles: un mayor conocimiento de las normas repercute en un mayor respeto por ellas; menor conocimiento produce menor respeto. 
      Asimismo, si se toma la variable "intelectualidad" (interés por la cultura y el arte, en general), se observan resultados similares: a mayor intelectualidad mayor respeto y, a la inversa, a menor intelectualidad menor respeto”.

http://www.ife.org.mx/documentos/DECEYEC/democracia_y_educacion.htm#iv2
“Los mejor educados, concluyen MacClosky y Drill, son los más tolerantes y las diferencias en educación pesan decisivamente en el grado de apoyo a las libertades civiles”… 
...Asimismo, si se toma la variable "intelectualidad" (interés por la cultura y el arte, en general), se observan resultados similares: a mayor intelectualidad mayor respeto y, a la inversa, a menor intelectualidad menor respeto…”

EDUCACIÓN Y TOLERANCIA
"La disposición para la democracia, deciamos antes, no es algo congénito, inherente al hombre o que crece en él por generación espontánea sino que más bien es un producto del aprendizaje social. Los valores de la democracia se aprenden y ese aprendizaje varía según la posición que ocupe cada individuo dentro de la sociedad. Hay algunos que por su riqueza, por su talento natural o por sus relaciones están mejor equipados que otros para asimilar esos valores. Un estudio de 1983, Dimensions of Tolerance, de Herbert MacClosky y Alida Drill (que incluyó dos encuestas a población adulta de 300 comunidades de Estados Unidos), concluyó que el aprendizaje social -sea formal o informal- es la influencia más poderosa para la internalización de las normas que establecen las libertades civiles (o libertades democráticas). Las personas aprenden o adoptan las normas de la tolerancia, el respeto a la privacidad, el derecho a un juicio justo y otras libertades en la medida en que tienen acceso a la información, a los asuntos públicos, a que estén expuestas con mayor frecuencia e intensidad a esas normas, y a que conozcan los beneficios y costos de respetarías.
Los mejor educados, concluyen MacClosky y Drill, son los más tolerantes y las diferencias en educación pesan decisivamente en el grado de apoyo a las libertades civiles. La educación tiene un enorme éxito cuando inculca en los alumnos actitudes de apoyo a las libertades civiles a través de mecanismos como hacerles escuchar o leer repetidamente temas que tratan de esas libertades, dado que esto los familiariza con situaciones políticas, los pone en contacto con las ideas y los principios de las figuras de la historia y les transmite argumentos para defender esas normas. En este proceso resulta decisiva la información política. Entre más enterada está la gente de los asuntos políticos, más probabilidad hay de que respete las libertades civiles. El asunto es igualmente claro si observamos las respuestas en función del conocimiento que se tenga de las propias libertades civiles: un mayor conocimiento de las normas repercute en un mayor respeto por ellas; menor conocimiento produce menor respeto. Asimismo, si se toma la variable "intelectualidad" (interés por la cultura y el arte, en general), se observan resultados similares: a mayor intelectualidad mayor respeto y, a la inversa, a menor intelectualidad menor respeto”.

http://www.ife.org.mx/documentos/DECEYEC/democracia_y_educacion.htm#iv2















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