Devocional Diario - Hoy... Recordaré que Necesito Multiplicarme |
“Es necesario que yo mengue, para que él Crezca” Juan 3:30
Hoy necesito recordar que en menguar para que otro crezca no es disminución sino multiplicación.
Pastor X había estado por 16 años como líder nacional de una denominación, pero en ningún momento pensó que llegaría el día cuando Dios le pediría su cargo. Durante esos 16 años no preparó a nadie para que le sucediera. Cuando llegó la Convención Nacional, los delegados y pastores escogieron un nuevo líder. El corazón de X se llenó de amargura y resentimiento, la Convención fue para él, un golpe bajo y la historia terminó en una división de la denominación.
Le suena familiar?
Claro que sí, estas historias abundan, porque la perspectiva del Servicio se nos rompió y necesitamos remendarla, recordando que hemos sido llamados para reproducirnos en otro y no para perpetuarnos y que el corazón nuestro sea como el de Juan el Bautista quien dijo: “Es necesario que yo mengue, para que él Crezca.”
Existimos como siervos para cultivar, ayudar y edificar el ministerio de los creyentes. Nuestro ministerio existe para que el ministerio de los creyentes se desenvuelva. Mi ministerio existe hasta que ese ministerio llegue al punto en que la iglesia no precise más de mi…La meta de mi vida es ver que, en cada vida en particular, un ministerio se desenvuelve.
Que ellos maduren al punto que no necesiten más de mi. Si los estoy alimentando verdaderamente ellos van a crecer en la vida cristiana, hasta que no necesitan más de mi para sobrevivir espiritualmente….y entonces…..tomaré mi maleta….y me iré a otro lugar donde pueda comenzar de nuevo para volverme a reproducir.
Hoy quiero recordar que reproducción es clave en el servicio….Perpetuidad es clave en el liderazgo. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en el Señor Jesús, quien no pensó en perpetuarse aquí en la tierra, sino en reproducirse, por ello tomó los 12 discípulos. Pablo pudo decir: “Lo que haz visto de mi esto enseña”.
La habilidad de un líder no es hacer algo, es reproducir algo, es reproducirse en alguien. Reunir gente no es lo fructífero, porque los payasos reúnen gente en los circos y los políticos en las plazas; lo fructífero es reproducirse en alguien.
Este día reflexiono en la necesidad de reproducirme en otros.
Señor, Tú me haz llamado a invertirme en otros de tal manera que lo que me has dado se multiplique en la vida de otros. Quiero en este día reflexionar y dar los pasos de reproducción espiritual en otros. Amén.
Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com |
Había una joven muy rica, que tenía todo: un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo donde le pagaban muy bien, una familia unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo su tiempo y su vida estaba mal en algunas áreas.
Si el trabajo consumía mucho tiempo, abandonaba a sus hijos, si surgía algún problema, ella dejaba de lado a su marido… Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después,
Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: una flor muy cara y rarísima, de la cual había apenas un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:
“Hija, esta flor te ayudará mucho mas de lo que tu te imaginas! Únicamente necesitas regarla y podarla de vez en cuando, ocasionalmente conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y las más lindas flores”.
La joven la recibió emocionada, pues la flor era de una belleza sin igual.
Mas el tiempo fue pasando, los problemas surgían, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor.
Ella llegaba a casa, miraba la flor y aun estaba ahí, no mostraba ningún signo de debilidad o muerte, siempre, linda, perfumada.
Entonces ella pasaba sin prestarle mas atención. Hasta que un día, sin mas, la flor murió. Ella llegó a casa y se llevó un susto! Estaba completamente muerta, sus raíces estaban resecas, sus flores caídas y sus hojas amarillas.
La joven se echó a llorar y le contó a su padre lo que había acontecido.
Su padre entonces respondió:
-Imagine que eso ocurriría y no puedo darte otra flor, porque no existe otra igual a ella, era única, así como tus hijos, tu marido y toda tu familia. Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero debes aprender a regarlos, podarlos y dar atención a ellos, pues así como la flor, los sentimientos también mueren. Tú te acostumbraste a ver la flor viva, siempre florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla.
“Cuida a las personas que tu amas!”
Y tu?… ¿Cuidas de las bendiciones que Dios te ha dado? Proteges esa flor, pues forman parte de las bendiciones del Señor: El nos las da, mas nosotros somos lo que debemos cuidar de ellas.
Conoce primero tu país
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