Recibido por correo electrónico de Joaldi Díaz
Para Elba, mí, Elba
Recibe mis saludos
He estado apartado de internet, de las
presentaciones y de todo este mundo. A pesar de ello te he estado leyendo y
siguiendo recibiendo tu material. He visto que has incorporado algunos trabajos
míos últimamente, gracias por tomarlos en cuenta.
Allí te anexo algo que me ha llegado de
Alirio Díaz; es un trabajo de alguien, no sé quién es pero me pareció
interesante.
Un abrazo
y saludos a todos los tuyos
Johnny
Alirio
Díaz
Hugo
Alvarez Pifano
(Primera Parte)
“La guitarra camina en mis zapatos y respira en mi pecho. Si yo quisiera dejarla no podría, porque sería ella la que se niega a abandonarme". Alirio Díaz
"Ah, la guitarra", tiene cuerpo de mujer. Alirio Díaz / Foto Google |
Alirio
Díaz
Un asunto de pulsaciones (1)
Natalia
(Vals, Antonio Lauro)
Andrés Segovia solía
decir que la guitarra es como un ser viviente: afirmación engranada en el
espíritu y razón de ser de un músico sensible y comunicativo, ajustada al alma
de un artista de elevado espíritu. Pero, ahondando en esta idea, ¿Qué quería
decir con esto el principal maestro universal de este instrumento? Se me
ocurre, por decir algo, que la guitarra es como una mujer o también como un
hombre ¿por qué no? Siente y reacciona según la forma en que se le toca.
Puede brindar tan solo
indiferencia o al otro extremo vibrar apasionada, expresarse con aliento
seductor o retozar en júbilo, con el gozo que sienten los enamorados en una
comunión plenamente correspondida.
Todo depende de la
maestría con que se ejecuta la obra. Pero dejemos que sea precisamente Alirio
Díaz, el discípulo más aventajado de Segovia, con cuya frase comenzamos, quien
de viva voz nos explique el desarrollo de este discurso.
I
Una manera única de
concebir la guitarra
“Ah, la guitarra,
transmite esa corriente de vida y de emociones que yo le comunico en un diálogo
muy directo, muy íntimo. Yo soy el dueño único de ese mundo sonoro que ella
pone a andar a través de mis pulsaciones. Mi guitarra, a lo largo del tiempo,
con los conciertos y el trantrán constante, está ya preparada para responder a
lo que yo le pido. Puedo tomar otra guitarra y hará casi lo mismo —casi— pero
la entrega total sólo la obtengo del instrumento que he hecho a mi imagen y
semejanza. Y a cambio, yo tengo que atenderla, cuidarla, mimarla, ella tiene la
sonoridad del silencio, o mejor, del susurro. No es el instrumento de los
grandes auditorios, no, es incapaz de gritar. Es la señora de la confidencia.
Por eso, cuando le imponen la amplificación, le quitan el alma, le confiscan su
esencia, la vuelven intrascendente.
-Yo no podría verla de
otra manera, que como algo femenino. Tiene sus formas, ese cuerpo, y yo soy el
hombre que la acaricia. Tiene que haber un pacto entre el intérprete y su
guitarra, de comprensión entre los dos y de mutua protección, que se va a
reflejar en el sonido. El intérprete no puede adoptar actitudes prepotentes y
creer que va a sacar de la guitarra lo que ésta no quiere o no puede dar. Tiene
que haber una entrega entre los dos, como en un acto amoroso. Tiene que darse
un intercambio de profunda comprensión emotiva, integrarse uno al otro, de modo
de producir ese resultado de trascendencia.
Más aún, la guitarra es
pasional, erótica, humana. No tiene nada que ver con los otros instrumentos; no
existe nada igual. La guitarra es un instrumento de la noche, de los sonidos
nocturnos. Y ella como la noche, tiene sus guardianes. Yo soy el guardián de mi
guitarra” (2).
2.-
La guitarra también como un asunto
personal y de genio.
Este modo de concebir
una relación muy personal con su guitarra, lo ha llevado a ser dueño de una
forma de interpretación bastante comunicativa, que penetra hondamente en todos
aquellos que lo escuchan, por esa razón él ha reservado para sí y para su
público un espacio de expresión auténtico y original. Un verdadero maestro en
su forma de decir la música venezolana, latinoamericana y de España; en los
clásicos de la guitarra, de los períodos barroco, romántico y el mundo moderno
y contemporáneo, en fin, en todo lo que toca.
A lo que añadió también,
algunas características propias de su conformación física y de su carácter:
oído muy musical, entonación perfecta, una moderna y consistente técnica
adquirida de su maestro Andrés Segovia. Así mismo, un sonido acariciante, que
fue su característica fundamental y al mismo tiempo, redondo, fuerte y muy bien
definido. Pero, por sobre todas estas cualidades, fue poseedor de una asombrosa
mano izquierda, diseñada a la perfección para ejecutar el instrumento.
3.-
La prodigiosa mano izquierda de Alirio
Díaz
Cuando se mira a Alirio
Díaz empuñar la guitarra, con su mano izquierda posada sobre el mástil del
instrumento, notamos que asemeja a las cuatro patas laterales de una inmensa
araña, que se deslizan con precisión e instinto, por encima del diapasón y de
los trastes y se trepan sobre las cuerdas. Entonces nos damos cuenta, que la
guitarra es también un asunto de manos adecuadas. En otras palabras, un
instrumento que exige cualidades físicas, como son manos grandes, de coyunturas
bien conformadas, con dedos largos y flexibles. No gordos, ni gruesos, ni
toscos, más bien afilados y fuertes. Lo dicho con anterioridad, exactamente
como las patas de una industriosa araña trabajando sobre su tela.
Niccoló Paganini |
Es
la misma estampa que nos hace recordar la impresionante mano izquierda de
Niccoló Paganini en su violín, con sus dedos largos y muy ágiles, capaces de
alcanzar tres octavas y su cuerpo tenso y siempre curvado. Ambos músicos
lograron la conformación extraordinaria de sus manos a través del ejercicio
sobre sus respectivos instrumentos, pero la estructura física de inicio fue
diversa.
La longitud inusual de los dedos de Paganini era provocada por una
anomalía de origen genético, conocida en la ciencia médica con el nombre de
“Síndrome de Marfan”. Generalmente las
personas afectadas por la misma son altas, delgadas, con una curvatura en la
columna vertebral y dedos muy largos y flexibles (aracnodactilia).
"Yo soy el guardián de mi guitarra" |
En el caso
de Alirio Díaz, el punto de partida es distinto, se forjó en su niñez, cuando
su padre lo hacía preparar la tierra para las labores agrícolas, con el uso de
la escardilla, durante interminables horas de trabajo, de sol a sol. Sus dedos
de niño se alargaron y adquirieron fuerza abriendo los surcos en la tierra de
La Candelaria, el lado más incrustado al interior del estado Lara. Una tierra
difícil de trabajar, por ser árida, seca y muy dura.
II
Su vida, formación y
logrosígenes
Alirio
Díaz viene de gentes de profundos orígenes campesinos y a un tiempo mismo,
consustanciadas con la música venezolana de honda raíz popular. Nació el 12 de
noviembre de 1923 en La Candelaria, un caserío ubicado a 30 kilómetros de
Carora, en el estado Lara y a quienes los nativos llaman La Canducha.
Su padre era dependiente
de una pulpería, posteriormente arriero de bestias y conuquero, que a edad
temprana se unió a una joven de ese mismo lugar y formó una familia de extensa
prole- 11 hijos, 3 mujeres y 9 varones- criados bajo los criterios más rígidos
y estrictos de una disciplina, sembrada en el medio rural de la época a punta
de rejo. Todos se dedicaban a sembrar maíz, papás y caraotas y a criar chivos,
cochinos y gallinas. A veces también, la música del cuatro y el encanto de los
valses larenses. Así transcurrió la infancia campesina del niño Alirio Díaz.
2.-
Aproximación a la música
Sus primeras letras le
fueron enseñadas por un tío, pues en la aldea no había escuela alguna. Tuvo un
bisabuelo violinista y otro que era cantor de velorios, a quienes conoció apenas,
pero piensa que de ellos heredó su instinto musical. Su padre sonaba el cuatro
y lo inició a tocar este instrumento, al mismo tiempo que con un abuelo
guitarrista, entre bailes y serenatas, el nieto consiguió por allí ponerle las
manos a una guitarra y tocar de oído las canciones que escuchaba. De otro de
sus abuelos de la rama materna, quien también sabía de música, heredó dos
libros: el Método de guitarra, de Fernando
Carulli; y La Divina Comedia, de Dante Alighieri. Con estos satisfizo sus
necesidades culturales hasta que cumplió 16 años, fecha en que decidió dar
inicio a una vida por cuenta propia.
3.-
La esperanza de los cielos nuevos y de
la tierra nueva
Aquel día, apenas
cantaron los primeros gallos del alba huyó del hogar paterno, esto es, de los duros
trabajos del campo y de una férrea disciplina que solo proveía ignorancia y
atraso cultural. Tomó una pequeña caja de cartón, introdujo su muda de ropas,
unas alpargatas nuevas, dos revistas con fotos de Europa y frases de los
filósofos célebres, amarró el envoltorio con una cabuya y cogió el camino de
Carora. Todos los jóvenes de La Candelaria solían dirigir sus pasos hacia el
Zulia, en busca de trabajo en los campos petroleros, a él no le interesaba el
petróleo, ya había escogido el camino de las artes, las letras y en especial de
la música, su gran pasión.
En
ese entonces, tan solo sabía leer y escribir, amén de tocar muy bien el cuatro
y algunos rudimentos de la guitarra. Así mismo, cargaba un cuaderno donde había
escrito a lápiz la historia de La Canducha, su primera obra
literaria, allí narraba como se construyó la diminuta iglesia parroquial, la
primera casa de tejas y como se alineaban, a cada lado de la calle de tierra
pisada, las pequeñas casas de bahareque. Eso era todo, no llevaba dinero ni provisión
de alimentos, tan solo unas ganas inmensas de caminar, en esa inolvidable
madrugada y de estudiar, en el futuro más cercano.
A esos objetivos lo
conducía la esperanza de los cielos nuevos y de la tierra nueva, según palabras
sostenidas con la fuerza de la fe (Salmo 2P 3- 13), afincada en sus enormes
trancos de un muchacho campesino y su pequeña caja de cartón, en la que había
colocado la exigua fortuna que poseía.
Fotografías:
1.-Socorro,
Milagros. Un asunto de pulsaciones. Entrevista a Alirio Díaz. Venezuela
Analítica. La Bitblioteca. Analítica Counsulting, 1996.
2.-
Socorro, Milagros. Ibiden.
Fotografías:
1.-
Alirio Díaz, foto de presentación
2.-
Andrés Segovia, el notorio y brillante maestro de la guitarra en el siglo XX
3.-
Niccoló Paganini, la más poderosa mano izquierda en la historia del violín,
solo comparable con la mano izquierda de Alirio Díaz en la guitarra
4.-
La madre de Alirio Díaz
5.-
El padre de Alirio Díaz
6.-
Calle de un pueblo larense en 1940. Tal vez La Canducha, en épocas de Alirio
No hay comentarios:
Publicar un comentario