Cálculos descubiertos en forma incidental
Cualquier persona, hombre o mujer, puede tener un episodio de cálculo renal a lo largo de su vida. La incidencia de litiasis renal se ha incrementado en los últimos 25 años. Entre los factores que podrían influir en la aparición de la litiasis estarían una dieta alta en la ingesta de bebidas carbonatadas y alimentos ricos en oxalato, llevar una vida sedentaria y al incremento de la obesidad.
“La incidencia en hombres se presenta entre los 40 y 70 años de edad y, en las mujeres, entre los 20 y 30 años”, explica el doctor Elías Mora Kumboz, urólogo de la Policlínica Metropolitana. “Desde el punto de vista del diagnóstico, la forma más efectiva de detectarlos es la tomografía sin contraste endovenoso, la cual, es superior al eco o ultrasonido”.
La litiasis renal no solo se manifiesta con dolor en la espalda, presencia de sangre en la orina, infección y cólico nefrítico, también pueden ser hallados incidentalmente.
“Hay cálculos que no dan síntomas, el paciente no siente ninguna molestia, por lo que no hay cólico nefrítico, ni hematuria (presencia de sangre en la orina) y son descubiertos en forma incidental” continúa Mora Kumboz.}
“Puede ocurrir, por ejemplo, que un paciente se esté evaluando por una gastritis y, al hacerle una tomografía, ésta revele la presencia cálculos renales”.
También puede suceder que un paciente, que haya tenido cálculos y se le haya tratado con litotricia por ondas de choque para eliminarlos, le quede fragmentos residuales. “Ese cálculo, que fue descubierto en forma incidental, que quedó allí, pese a haber aplicado litotricia endoscópica o con ondas de choque, puede crecer a lo largo del tiempo y provocar dolor, infección, dilatación del riñón, incluso pérdida del riñón, más o menos en un 30 por ciento de los casos”.
El doctor Mora Kumboz señala que el dilema que se presenta es qué tratamiento aplicar. “Es muy importante, para disminuir esos fragmentos residuales, utilizar terapia medica después de la litotricia, eso ayuda a minimizar el riesgo de que crezcan los fragmentos”.
“Hay casos de alto riesgo, por ejemplo, no es lo mismo encontrar un cálculo incidental en un paciente que tenga sus dos riñones, que en los que tienen solo uno o un riñón trasplantado o, si se trata, por ejemplo, de un piloto de avión” señala el especialista.
“Cualquier complicación podría dañar, en el caso de los que tienen un solo riñón, el único que queda. Podría dañar el riñón trasplantado, o si se trata de un piloto de avión y le da un cólico nefrítico en pleno vuelo, poner en riesgo la vida de los pasajeros”.
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Cálculos de infección
Los cálculos son diferentes de acuerdo al tipo de enfermedad subyacente. Generalmente, los que se presenta en trasplantados son de infección, que pueden dañar el riñón, incluso ocasionar la pérdida del injerto.
Explica que cálculos infecciosos son los que se producen por presencia de infección en la orina
“Los cálculos infecciosos son peligrosos, pueden dañar el riñón. Cuando se presentan estos casos, es muy importante, que una vez aplicado el tratamiento, no quede ningún fragmento residual porque puede crecer con el tiempo y ocasionar la pérdida de este importante órgano.”
Un paciente que haya sido tratado con ondas de choque y luego, se descubra que hay fragmentos, podría pensar que el médico no aplicó un buen tratamiento, en este sentido, el doctor Mora Kumboz, recalca la importancia de explicar y discutir con el paciente beneficios, riesgos, complicaciones, y alternativas de tratamiento.
De allí la importancia de la relación médico/paciente, que siempre debe estar signada por la honestidad. El paciente debe jugar un rol activo en la toma de decisiones, finalizó.
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