Frases históricas de uso popular
General Juan José Rondón, protagonista de la batalla Pantano de Vargas
Es que Rondón no ha
peleado todavía es
una expresión histórica que desde el siglo XIX cuando la dijo el general guariqueño Juan José Rondón, se hizo del dominio público en
Venezuela. De ella se entiende que de una situación difícil se puede salir
victorioso, si no están agotados todos los recursos.
Juan José Rondón nació en las llanuras del Guárico que
antes pertenecieron a los terrenos de Caracas. Juan José Rondón, ilustre hombre promotor de la libertad, era
nativo de lo que hoy es el municipio Infante. Era hijo de manumiso con aires de libertad (*) (emancipado, liberto, vasallo)
y ocupa un puesto destacado en la historia de la emancipación colombo venezolana
por su desempeño en la batalla de Pantano
de Vargas, librada en Colombia, en 1819.
Su actuación en esta
batalla fue muy oportuna y decisiva. La del Pantano de Vargas fue un enfrentamiento armado que se presentó en
cercanías al municipio de Paipa, el 25 de julio de 1819, entre las tropas
patriotas y las tropas realistas, en la campaña libertadora por la
independencia de Colombia.
El ejército
venezolano-granadino al mando de Simón Bolívar pretendía cerrar el paso a las
fuerzas de apoyo de José María Barreiro,
que se dirigían a la ciudad de Bogotá. Fue una batalla difícil para los hombres
al mando de Bolívar, que estuvieron cerca de la derrota, pues el ejército se
encontraba agotado y desorganizado tras el difícil ascenso al páramo de Pisba.
Sin embargo, el ataque por el flanco del
destacamento de la legión británica al mando del coronel James Rooke, y una oportuna carga de caballería de los lanceros del
coronel Juan José Rondón, recién
llegados al campo de batalla, revirtieron la situación.
Dura prueba para el ejército venezolano
El 22 de julio el Ejército Libertador
contaba ya con 2600 hombres. Bolívar decidió entonces guiar a las tropas por el
camino del Salitre de Paipa, para realizar un ataque por la retaguardia
enemiga. Cuando las tropas avanzaban por el este del Pantano de Vargas, los
realistas llegaron a cerrarles el paso.
Las tropas patriotas se
situaron frente a las españolas, las cuales tenían ventaja de terreno, que
inclinaría la batalla a su favor. A las 11 de la mañana se inició el combate. Tras
dos horas de combate, las tropas realistas obligaron a la izquierda patriota,
que estaba bajo el mando de Santander, que cargaba y con bayonetas
continuamente le obligaba a retroceder, pero Bolívar ordenó una contraofensiva
que recuperó el terreno.
Un soldado enemigo
disparó hacia la nuca del general Santander; el coronel París, quitándole la
guerrera, verificó que el proyectil no penetró la piel. Sintiéndose ganador Barreiro
envió al resto del ejército español para repeler a los patriotas y triunfalista gritó “Ya ni Dios me quita la
victoria”. Los patriotas retrocedieron totalmente desorientados, con lo que la
victoria española se vio prácticamente asegurada.
Rondón todavía no ha peleado
En ese momento del día
25 de julio el jefe patriota envió al combate a la legión británica, bajo el mando de James Rooke, que cargó contra los enemigos. Este movimiento detuvo
el avance de las tropas españolas, que sin embargo continuaron la lucha
ferozmente.
La derrota parecía
inminente cuando Simón Bolívar envió a las últimas reservas de su ejército,
integradas por lanceros llaneros, bajo el mando del coronel Juan José Rondón.
-¡Salve usted la patria!, le dijo Bolívar a Rondón.
-Es que Rondón no ha peleado todavía.
De inmediato el lancero
guariqueño cargó contra las filas enemigas, seguido inicialmente por 14
llaneros, a quienes luego se unirían los demás jinetes que no habían luchado
aún. Los españoles, completamente desordenados en ese momento, no pudieron
resistir la carga de los lanceros. El ala izquierda avanzó, el ala derecha hizo
lo mismo, a igual tiempo de la caballería.
Barreiro replegó las tropas que le quedaban
hacia Paipa y Molinos de Bonza, mientras el ejército de Bolívar regresaba
victorioso a Corrales de Bonza al día siguiente. El comandante Rooke fue herido
de gravedad en el combate y moriría pocos días después.
La actuación de Juan José Rondón puso fin a la
batalla de Pantano de Vargas, que culminó
con la victoria patriota y dejó como resultado 350 bajas en los patriotas; y
500 en los realistas. Esta victoria sería la base que definiría el combate que
ocurriría 12 días después en la batalla del puente de Boyacá.
Monumento a los lanceros de J. Rondón, en Paipa, Boyacá, Colombia/133 x 30 mts.
Homenaje a la Batalla del Pantano de Vargas.
Reverso del billete de 1.000 pesos colombianos de 1987 en el que se representa el monumento.
Campo del Pantano de Vargas
Referencias
1* Esta clase estaba
integrada por zambos, indios y negros reclutados en los llanos de Venezuela, que
integraban las fuerzas de José Tomás Boves, un antiguo marino convertido en
líder de la Corona de España. Estas tropas de Boves parecían una especie de nube de langostas que arrasaban todo lo que
encontraba a su paso, incluido el ejército de la Segunda República, al mando de
Simón Bolívar.
“En medio de aquellos guerreros desalmados iba
un joven llanero negro que, a sueldo del patrón de su hato, se había sumado a
la tropa junto con cincuenta lanceros de confianza”.
Era Juan José Rondón,
hijo del manumiso Bernardo Rondón y
su esposa Lucía Delgadillo, quienes
le habían enseñado a apreciar el valor de la libertad.
Hay un reclamo
En Valle de La Pascua, durante varias décadas, una calle llevaba el
nombre “del negro Rondón”, pero mentes no muy claras se encargaron de borrar la memoria histórica y suplieron
este nombre por el de Schettino. “En el ejercicio de un Concejo Municipal a
alguien se le ocurrió la idea de quitar el nombre del héroe a la céntrica vía y
le pusieron Schettino, “para hacer honor
a un señor que era mecánico entre los años veinte y treinta...” se quejó
por escrito Antonio Ortega Moyetones.
Por varias décadas una de
las calles de Valle de la Pascua se llamó como el heroico negro. Tal irrespeto
debe ser considerado por la sociedad infantina actual y reivindicar al militar
guariqueño en pleno año conmemorativo del Bicentenario de la independencia de
Venezuela.
Resulta que este relato
nos deja anonadados al pensar en el importante momento en el cual estuvo un
coterráneo guariqueño, protagonista de un episodio histórico que debe ser
recordado por nuestra gente, sobre todo por la nueva generación.
Indignación da al hurgar
en las memorias de este pueblo y saber que fue lanzada al olvido la ejemplar
vida de un hombre nativo de Infante y en su lugar se decidió quitar el nombre
de una calle del casco central y sustituirlo por el de un extranjero cuya vida
no trasciende las fronteras.
El respeto lo merecen
todos los seres humanos este nombre nunca debió ser reemplazado por el de un
ciudadano cuya vida distaba de ser tan importante frente a la memoria
libertaria del general Juan José Rondón”, refleja la queja de Moyetones.
Calle Schettino, Valle de La Pascua, en medio de la discordia y el reclamo
Pantano de Vargas Parte1
http://youtu.be/aJIQKWNZzYM
Pantano de Vargas Parte 2
http://youtu.be/A172KfEQKJE
Monumento a los 14 lanceros/ Colombia
http://youtu.be/bofB0EvbbkI
Historia del Pantano de Vargas
http://youtu.be/dZTXzZ1aFKc
Lanceros del Pantano de Vargas
ResponderEliminarCoordenadas: 5°44′15″N 73°04′30″O (mapa)
Lanceros del Pantano de Vargas
Monumento pantano de vargas, completo. 2006.JPG
Monumento a los Lanceros.
Creación 1969
Ubicación Paipa, Boyacá
Flag of Colombia.svg Colombia
Material Bronce, acero y concreto
Dimensiones Altura: 133 m
Longitud: 100 m
Anchura: 30 m
Los Lanceros del Pantano de Vargas o Monumento a los Lanceros es un monumento erigido por el artista colombiano Rodrigo Arenas Betancur y por el ingeniero colombiano Guillermo Gonzalez Zuleta en el departamento de Boyacá (Colombia) como homenaje a la batalla del Pantano de Vargas ocurrida el 25 de julio de 1819.1
Se le considera el monumento más grande de Colombia y en él se destaca la carga de los 14 lanceros al mando del Coronel Juan José Rondón. El monumento de 33 m de alto se erigió con motivo del sesquicentenario (150 años) de la independencia en 1969. Fue declarado bien de interés cultural por medio del decreto 1744 del 1 de septiembre de 1975.2
Su figura fue presentada en el reverso de una serie de billetes de 1.000 pesos colombianos lanzada al mercado en 1987. (http://es.wikipedia.org)