Juan Félix Sánchez
El Señor de los Páramos
El Señor de los Páramos
San Rafael de Mucuchíes 16/05/1900- 18/04/1977
Juan Félix Sánchez fue agricultor, arriero, pintor, mago, equilibrista, maromero, Presidente de la Junta Comunal de San Rafael, titiritero, payaso y Juez, arquitecto, escultor, ingeniero empírico y narrador, entre otras disciplinas que aprendió... También fue un centinela de lo nuestro.
Capilla de piedra construida por Juan Félix Sánchez/Foto Gladys Zambrano |
Su extraordinaria sensibilidad social quedó plasmada en acciones concretas, como construir y poner en funcionamiento una turbina para que su pueblo tuviese electricidad; y participar, bajo la dirección del sacerdote Ángel Sánchez Alcántara, en la reconstrucción de la iglesia de San Rafael de Mucuchíes. Ciudades importantes como Caracas, Maracaibo y Trujillo y otras urbes y centros poblados rurales guardan sus pasos de cuando las visitó para mostrar su arte y dejar su huella.
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Juan Félix Sánchez, hijo de Vicenta Sánchez y Benigno Sánchez, nació el 16 de mayo del año 1900 en San Rafael de Mucuchíes, a más de 3000 metros sobre el nivel del mar, en el pueblo más alto del estado Mérida, de los Andes venezolanos y de Venezuela. Por el páramo anduvo correteando de niño, como todos los niños de su pueblo, jugando con las bestias, bañándose en el río y todos los ríos del lar nativo.
Temprano en la vida aprendió con su padre a reparar y construir objetos utilitarios. Isaina Dávila le enseño a tejer cobijas y ruanas, de un anciano indígena aprendió a relacionarse con las piedras y su madre le enseño a rezar.
En 1943, un año después de la muerte de su madre, Juan Félix Sánchez buscó a su prima Epifania Gil, para que lo acompañe y le ayude en su intención de mudarse páramo adentro... “a hacer oración en el Potrero, más o menos”, según sus propias palabras.
En El Potrero se inicia la carrera estética de Juan Félix Sánchez, entendiendo la palabra estética en su más amplia significación. La capacidad de este hombre del páramo para obtener goce o complacencia ante las formas parameras se expresa en frases como éstas:
“Esto siempre ha sido muy bonito. Para mi ha sido, no sé si para los demás. Esta fue una de las razones por las que me fui quedando aquí. La belleza, hay que apreciar la naturaleza. Uno está complacido con mirar este pico, estos árboles”, se lee en el sitio
http://vereda.saber.ula.ve/jfs/bio.htm
Fue un amante de la “fealdad”, de la cual participa la totalidad de su obra. Al respecto el mismo Juan Félix dirá:
“Dios, creó las criaturas. A los palos y las piedras también. Por eso amándolas a ellas, amamos a Dios”.
“A mí me gusta lo feo, porque me viene en gracia, aunque a los demás no les guste”.
“pa` mi lo feo es lo natural”.
Fue un artista trabajando la piedra. En su finca El Potrero desarrolló su talento artístico usando materiales naturales como piedra, arcilla, barro y madera. En una piedra Juan Félix Sánchez “dibujó” una semblanza de la cara de Simón Bolívar, El Libertador.
En San Rafael de Mucuchíes construyó su primera capilla en honor a la Virgen de Coromoto. Todo lo hizo con sus propias manos y de materiales naturales. Fue en las montañas merideñas dónde floreció su gran creatividad y dónde logró la mayor inspiración.
De sus manos salieron la Capilla del Filo de El Tisure, la Capilla de San Rafael de Mucuchíes –uno de los principales atractivos turísticos de Mérida-, la casa de El Potrero, El Bohío y demás capillas pequeñas, sus murales (ya desaparecidos), sus tejidos únicos hechos a telar de tres pedales, las tallas de El Calvario, los santos y las vírgenes. Su relación con los materiales que utiliza da testimonio de su estética teocéntrica orientada a la naturaleza.
En su pueblo natal también erigió una estatua con la cual construyó la plaza de su museo en las montañas. Como escultor Juan Félix Sánchez fue reconocido como un verdadero artesano; su primer trabajo titulado Cristo - Virgen - Magdalena, grabado en mármol, fue reconocido como una gran obra, actualmente sin destino conocido.
Juan Félix Sánchez diseñó títeres y fue titiritero en la plaza de su pueblo nata,. Aprendió a usar la lana y de sus manos salieron hermosas y cálidas cobijas que le dieron fama más allá de los linderos de San Rafael de Mucuchíes
En los últimos quince años de su vida, Juan Félix Sánchez fue reconocido a través de muchas exposiciones como un artista de importancia nacional. El Señor de Los Páramos murió en 1997 en un hospital de la ciudad. Dejó un legado de creatividad, pureza, honestidad, trabajo duro, dedicación y el talento de proyectar su arte en el medio plástico entre lo que muchos han descrito como: “Formas Mágicas”.
Por: Elba Romero López
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