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miércoles, 27 de junio de 2012

Estirpe venezolana ¡Qué sabroso suenan estos conjuntos!





      A propósito del renombre y espacio que le están negando a músicos y compositores venezolanos:

Maestro arpista, usted que toca
Cuatrista que puntea y charrasquea
Bajista usted también
Y usted, maraquero que se luce en el chis chás

         Conjunto es, según la definición, unido, ligado, junto, mezclado, combinado. Desde el punto de vista musical Conjunto es acoplamiento, conjunción, ensambladura, articulación y ajuste, entre otros muchos sinónimos. Es, definitivamente, un conjunto, que es a la par, un todo.
         Si ese conjunto no suena bien, no hay conjunción, no hay acoplamiento, no hay sintonía que es igualmente ensamble. En Venezuela los conjuntos suenan muy bien, hasta en forma magistral; están perfectamente acoplados en un 99.9 por ciento.
         Hablando en términos de música llanera el conjunto que acompaña en toda pieza musical es la columna vertebral del todo, que incluye al cantante (voz masculina o femenina), el autor o autores de la letra y la música. Voces a capella, también hay, como no. Muy buenas. Destacadas, pero…
         Todos tienen sus créditos, tienen su espacio. Dénselos. Que cobren sus regalías; son suyas, les corresponden. Todos hacen un trabajo. Realizan un gran esfuerzo porque sea un magnífico trabajo. Es su forma de empujar la carretera para llegar hasta la cima. Está allá arriba, ya la divisan. La verán. Llegarán a esa cima. Y plantarán la bandera tricolor en ella.
         Músicos y compositores se saltan todos los obstáculos para cumplir esa meta, sin mucha más aspiración que lograr el reconocimiento, el aplauso, de sus seguidores –los tienen-, y si no los tienen porque nadie los conoce, precisamente porque no se los está dando a conocer, tan pronto como los escuchan, enseguida los tienen de a montón. Hay que nombrarlos.
Además, nombrar a los integrantes del conjunto, cantantes y compositores es ley de la República que no se está cumpliendo. Existe una Ley de Derecho de Autor, ley de la República, que dice dada, sellada, firmada, rubricada, al pie de este texto legal, donde también se lee perfectamente: ¡Cúmplase!
No estamos cumpliendo esa Ley. Ni en radio ni en televisión. Ahora también se quiere seguir sin darles sus créditos a través de los demás medios masivos de comunicación relativamente nuevos, muy avanzados, que son de uso diario.
Comentario aparte, hasta los niñitos lindos lindísimos, chiquiticos, tienen Facebook (ayayay Maracay, los padres ¿saben con quiénes interactúan sus hijos chiquirriticos en la gran red? ¡Ojala! Es mejor que así sea).
Hasta quien sirve el café tiene su espacio en ese todo, en ese conjunto, y merece que se le reconozcan sus créditos. Incluso una palmadita en el hombre sirve. “Si así lo hicieren que Dios y la Patria os lo premien, si no que os lo demanden”, se dice cuando se juramenta a un funcionario público.
Yo creo que si así no lo hicieren, que esa persona no les haga más café. Que no les dé ni agua, el agua que nunca se le niega a nadie, ni siquiera a un sediento.
¡Caramba! No embrome.
¡No venga!


Elba Romero López

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