José Ramón
Villarroel “El Huracán
del caribe”
(Arimacoa, 1º-06-1937/30 de abril
de 1995)
Galerón a la Virgen del Valle
JOSE RAMON VILLARROEL El Huracán del Caribe fue un cantor
margariteño, considerado como uno de los más grandes folcloristas de la región
insular, nacido el 1º de junio de 1937 (hay quienes dicen que nació el 31 de
mayo de 1937 en la noche), en el valle de Arimacoa,
nombre indígena de una antigua población que años más tarde pasó a llamarse el Valle de Pedro González, al norte de la
isla de Margarita, fundado por Servantes (sic) de Albornoz.
José Ramón
Villarroel, gloria del folklor nacional, fue un
luchador incansable por la cultura de su amada Isla de las Perlas. Este
intérprete de la música popular fue el creador de obras que han contribuido a
engrandecer el folklore y la cultura neoespartana, como el tema María Antonia, que
popularizó el también cantautor Gualberto
Ibarreto.
Fue un hombre sencillo, humilde y con esencia
autóctona de pueblo, que dejó un importante legado musical. Siempre se le recordará
como el máximo exponente de la espinela en el oriente de Venezuela.
José Ramón fue el primer hijo de la familia conformada por sus padres Ramón Celestino Hernández, conocido en
la comunidad como Ramón “Cumaná”, por haber nacido en el estado Sucre, y de Fabiana Sebastiana Villarroel, natural de La Guardia, Municipio
Díaz; y sus hermanos Miriam del Carmen,
Carmen Victoria, Jesús Manuel, Nólgida María, Minelis María
y Diego del Jesús Villarroel.
El Vallero, El Turpial, El Huracán
La Gaga
Apenas tenía José Ramón Villarroel 12 años cuando como a codearse con el canto,
improvisando aguinaldos, polos, gaitas y malagueñas. A los 14 años comenzó a
cantar galerón, actividad que lo llevó a ocupar un sitial preponderante en el
Oriente del país. Su primer escenario público como cantador de galerón fue el
cerro “La Libertad”, del Valle de Pedro González.
En esa primera oportunidad tuvo como
acompañantes a Dimas Hernández, Cruz Hernández y Santos Rodríguez, quienes eran expertos en la materia. Más tarde
cantó en Paraguachí, donde comenzó su fama, potenciada por su agradable timbre
de voz e improvisación rápida y ocurrente.
Inicialmente se le conoció con el nombre de “El Vallero”. En la década de los 60, lo promovió Goyo Rojas (en Foto Micro) con el seudónimo “El Turpial de Margarita”.
Posteriormente, cuando en
Margarita se realizó el Primer Festival del Galerón Oriental, que ganó José Ramón Villarroel, le pusieron su último nombre artístico: “El Huracán del
Caribe”.
Mientras su fama crecía José Ramón Villarroel
esperaba poder cumplir su sueño de cantar con Chelías Villarroel, quien era un galeronista de fama para la época.
La ansiada oportunidad de cantar con el maestro llegó finalmente en una velada
de galeronistas.
Fue en el pueblo de El Salado, de Paraguachí.
Allí estaban reunidos los mejores y más conocidos cultores del galerón
margariteño: Alejo Albornoz, Calencho Salazar, Justo Pastor Rivas, José González “El Cardonero”, Chelías Villarroel y Juan Cancio Rodríguez.
“Esa noche brillaron los astros como nunca y
amanecieron las estrellas titilantes, borrachas de versos y armonías, que
brotaban de la dulce lira, el rítmico cuatro y la encantadora guitarra”,
reseñó Juan Lárez en su momento.
El huracán toma fuerza
Después de esa jornada el nombre de José
Ramón Villarroel comenzó a sonar con mayor énfasis, condición que le permitió
participar en los galerones más importantes de la Isla, entre los cuales
destacan los realizados en El Salado,
El Mamey, Paraguachí, La Ermita de Los
Robles, El Copey, Santa Isabel, La Cruz de la Misión, San
Sebastián y otros.
El Huracán del Caribe se distinguió como un excelente galeronista que jamás repitió décimas;
fue un juglar ágil, certero y oportuno en la improvisación, de inagotable y
pura musa, cualidades que completaba su exquisita voz. Villarroel estaba
convencido, y así lo repetía con frecuencia, que para poder cantar galerón, el
aspirante tenía que dominar materias como biología, gramática, botánica, historia,
mitología, la actualidad, entre otros conocimientos necesarios.
El final
Una noche, finalizando el mes de abril, en un
punto de la carretera de El Tigre calló para siempre la voz de El Huracán del Caribe, José Ramón Villarroel. El viernes
30 de abril de 1995, a las 11:30 de la noche falleció en un trágico accidente
vial.
El Huracán del Caribe regresaba a Margarita para cumplir unos compromisos en la celebración del
Día del Trabajador, en acto que se realizaría en el parque Guatamare. El
Viernes 28 de abril de 1995, acompañado de su inseparable amigo Pedro Zacarías
“El Negro”, había viajado a El Tigre (Anzoátegui) atendiendo una invitación de
la casa Nueva Esparta y para presentarse en el programa Yo soy Margariteño, que conducía su amigo el locutor Horacio Quijada.
Fue la última presentación del galeronista a
través de una emisora de radio y fueron los últimos galerones que cantó José
Ramón Villarroel en tierra firme, lejos de su lar nativo. El programa se transmitió
en esa oportunidad desde la casa de la señora Argelia Serrano, donde José Ramón
cantó un galerón de despedida junto a Martin
Velásquez, “EL Torbellino
de Oriente”.
De regreso a Margarita ocurrió el fatal
accidente. Pero José Ramón Villarroel sigue presente en su gente de El Valle de
Pedro González. El 31 de mayo “el pueblo de El Valle de Pedro González se
reunieron en la calle Palmacruz, donde está ubicada la Santa Cruz de la Misión.
las seis y media de la tarde mujeres y hombres comenzaron el acostumbrado
rosario y pasadas las siete de la noche el galerón hizo su entrada con la
intención de honrar al Huracán del Caribe, José Ramón Villarroel” (
Diecinueve exponentes del galerón participaron
en el homenaje, incluidos sus hijos galeronistas Maximiliano Villarroel “El nuevo
huracán”, José
Ramón Villarroel “El hijo
del huracán” y Ramón
Villarroel “El
campesino cristiano”.
Al rescate de la memoria del
galerón
A José
Ramón Villarroel se le considera uno de los máximos exponentes del galerón “y
los más grandes folcloristas que ha parido nuestra tierra isleña”. El autor de Madrugada en el mar y Tengo un hijo que es mi tío, entre otras muchas
composiciones, es muy recordado en la Isla de Margarita.
En su memoria se creó la Fundación José Ramón Villarroel, orientada a recopilar las canciones de este famoso intérprete y
compositor margariteño y otros cantantes neoespartanos ya fallecidos, cultores
del galerón.
En esta tarea trabaja un equipo en el cual
figura Silvita Villarroel, hija del poeta,
galeronista como su padre, desde la cuna. La intención es formar una biblioteca
con textos de consulta. “Primero que todo, porque el galerón es el corazón de
Margarita y de muchos estados orientales, y después porque se trata del trabajo
de verdaderos artistas que saben expresar casi todos los aspectos de la
prodigiosa sabiduría popular en torno a los temas de actualidad y acontecimientos
cotidianos.”
La musa del Huracán
Un hombre de musa fácil, de todos los días,
José Ramón Villarroel dejó grabados muchos discos de larga duración donde se
recogen composiciones suyas, entre las cuales hay que mencionar:
* Tengo un hijo que es mi tío
* Adiós mi Tradición * Polo Margariteño
* El Viejo Pancho *
La Gallina
* La Viejita de Guanoco *
Pampatar
* Mi Margarita * Cubagua
* La Comay Petronila *
Boga, boga pescador
* La Música de Venezuela
Además:
Discografía
Homenaje a
José Ramón Villarroel. “El Huracán del Caribe” – 2001
Tema
promocional: Tengo un hijo que es mi tío
Gaita
antillana – 2:43 – Letra y música: José Ramón Villarroel – Arreglos: Alberto
“Beto” Valderrama Patiño
CD: Homenaje a
José Ramón Villarroel, “El Huracán del Caribe”. Isla de Margarita, edo. Nueva
Esparta, Venezuela,
2001 –
Grabación y mezcla: José “Pepe” Orta, Oswaldo “Ovi” Bianchini, Enrique “Charlie”
Rodríguez. Ariana Records
Músicos:
Francisco Jiménez – José Mota – Juan Rojas – Beto Valderrama – Javier
Valderrama
Producción:
Alexis Marín Cheng – Sello: Discoganga
Contacto:
Alexis Marín Cheng / E-mail: discoganga@hotmail.com
Elba Romero López
el tema TENGO UN HIJO QUE ES MI TIO, no es de la autoria de José Ramón Villarroel. su compositor es Balbino Brito Quijada personaje oriundo de la población del Maco
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